La célebre actriz italiana Gina Lollobrigida, fallecida el pasado 16 de enero con 95 años, dejó la mitad de su herencia al joven asistente con el que pasó los últimos años de su vida, Andrea Piazzolla, según publica hoy el diario "Corriere della Sera".
El testamento de la leyenda del cine italiano fue abierto esta mañana en una notaría de Roma y una mitad de su patrimonio ha ido para Piazzolla, de 35 años, y la otra a su hijo Andrea Milko Skofic, fruto de su matrimonio con el médico esloveno Milko Skofic.
Entre su patrimonio consta una villa en la exclusiva Vía Appia de la capital italiana, donde residía, así como joyas, obras de arte y una colección de cien ánforas etruscas que ha donado al Estado italiano, según el rotativo, al que solía confiar sus entrevistas.
La familia de Lollobrigida, su hijo y su nieto, Dimitri, así como su exmarido, el empresario español Javier Rigau, han denunciado al asistente por dilapidar su fortuna aprovechándose en los últimos tiempos de, según ellos, su supuestamente precario estado mental.
De este modo, a pesar de la oposición de la diva, que siempre aseguró ser plenamente consciente de todo, consiguieron que un juez nombrara un tutor para velar por su patrimonio.
El testamento fue redactado el 5 de enero de 2017 ante dos testigos y también incluye una sociedad con sus obras de arte que será también propiedad de Andrea Piazzolla y del empresario Horacio Pagani, con la tarea de "dar a conocer" su actividad artística.
Rigau, presente en el funeral con el hijo y nieto de Lollobrigida, no mantenía ya ningún vínculo legal con la actriz después de que en 2019 el Tribunal de la Sacra Rota del Vaticano declarara nulo el matrimonio "por poderes" que los unió en 2010.