Un tribunal australiano ordenó este lunes la liberación del tenista serbio Novak Djokovic, quien se encontraba retenido desde el jueves pasado en un hotel de la ciudad de Melbourne tras la revocación de su visado por no estar vacunado contra la covid-19.
Djokovic llegó el miércoles pasado a Melbourne con una exención médica con la intención de jugar el Abierto de Australia este mes, pero los agentes de Inmigración le denegaron el visado y lo pusieron bajo custodia en un hotel mientras sus abogados presentaban un recurso ante los tribunales.
El tenista alegó que tenía una exención al haberse contagiado de la covid-19 el pasado diciembre y que había recibido luz verde para viajar al país por parte de la Federación de Tenis y del Gobierno de Victoria.
Este lunes, el juez Anthony Kelly, del Tribunal del Circuito Federal de Melbourne, ordenó al Gobierno australiano implementar la liberación, entregarle su pasaporte y sus efectos personales y pagar los costes legales.
La decisión judicial permitiría a Djokovic participar en el Abierto de Australia, que de ganar se convertiría en su décimo título de ese torneo y su vigésimo primer Gran Slam y superar así al suizo Roger Federer y al español Rafael Nadal.
En la vista virtual de hoy, el Gobierno de Australia accedió a revertir su decisión de cancelar el visado, aunque el abogado Christopher Tran, señaló que el ministro de Inmigración, Alex Hawke, considera la posibilidad de usar sus poderes especiales para deportar a Djokovic.
Este potencial gesto del Ejecutivo de Scott Morrison, que busca ser reelegido este año, sería "muy preocupante", según dijo el juez Kelly al sopesar las potenciales consecuencias.
El Gobierno australiano había detenido el jueves pasado al tenista serbio de 34 años en un hotel de Melbourne tras cancelarle su visado al desestimar la exención médica que había obtenido para intentar ganar su décimo título en el Abierto de Australia sin estar vacunado.
Durante la anticipada vista virtual de hoy, comenzó con retraso por problemas técnicos, los abogados de Djokovic alegaron que el jugador siguió todos los pasos migratorios que creyó necesarios para entrar en Australia. Finalmente, la Justicia ha acabado dándole la razón, aunque el 'culebrón' parece lejos aún de terminar.
ENCONTRONAZO DE LOS SEGUIDORES CON LA POLICÍA
La decisión del tribunal provocó escenas de celebración de los seguidores del tenista en las calles de Melbourne, donde la Policía tuvo que usar aerosoles de pimienta para dispersar a algunos fans cuando se abalanzaron hacia un coche en el que pensaban que viajaba Djokovic.
Los altercados ocurrieron en la céntrica calle Collins Street, justo enfrente de la oficina de los abogados de Djokovic, donde se reunieron los fans del tenista después de argumentar que su ídolo se encontraba en el interior del despacho manteniendo conversaciones con sus abogados.
Un variopinto grupo de personas, que mezcla antivacunas y ciudadanos de la comunidad serbia en Australia, llevan días dando su apoyo al tenista, sobre todo a las puerta de hotel Park, donde ha permanecido asilado.
LA PEOR OLA DE LA COVID-19
Este lío judicial ha puesto en un aprieto a las autoridades australianas, que han aplicado una de las políticas más estrictas contra la covid-19, con duras restricciones en las fronteras que impidieron durante meses a miles de australianos entrar o salir del país.
Ahora han relajado algunas restricciones, pero exigen a los viajeros estar vacunados contra la covid-19 para evitar la cuarentena, en medio de su peor ola de la covid-19 y la dificultad para encontrar test de antígenos.
Australia alcanzó este lunes un millón de contagios acumulados desde el inicio de la pandemia, casi la mitad registrados desde la semana pasada debido al fuerte impacto de la variante ómicron.
El caso de Djokovic contrasta con el de la tenista checa Renata Vorácová, detenida el sábado pasado después de que las autoridades australianas cancelaran su visado tras entrar con una exención similar a la del tenista serbio y abandonó el país.