El 1 de mayo, día del trabajador, la llamada a festejar la lucha de clases, se puso en pie la Vuelta femenina, que simboliza la lucha de las mujeres en el ámbito deportivo. Las mujeres conquistaron otro territorio. Lo hicieron palmo a palmo, perseverando, como siempre. No les queda otra en una sociedad machista. El camino es largo, pero las conquistas no son pocas. En Torrevieja, los techos de cristal se atraviesan con cascos, buzos aerodinámicos y bicis incómodas y extrañas.
El festivo era tajo en Torrevieja, donde el reloj marcó el comienzo de la carrera con una contrarreloj por equipos, la especialidad mosquetera y solidaria. Siete eslabones, siete mujeres mancomunadas, atravesando el callejero de la ciudad alicantina en un ejercicio de esfuerzo máximo durante 14,5 kilómetros. Puro espíritu feminista. El sol, la luz en un frontispicio azul, silueteó las sombras del trabajo.
El Mediterráneo meció la crono, llano el trazado, un mar en calma. A las 13.13 horas, un número poco recomendable para los supersticiosos, partieron los equipos con más caballaje. Los registros fueron cayendo como se escurre el tiempo en un reloj de arena, tan prensil, inasible, sin embargo.
Tres equipos vascos
Antes habían asomado el Sopela Women’s Team, que abrió el portón de la Vuelta femenina, el Bizkaia-Durango y el Laboral Kutxa, escuadras abanderadas por el entusiasmo y la ilusión de crecer. Lejos aún de la aristocracia. Las formaciones vascas desembarcaron al lado de la playa para seguir sumando granitos de arena a su historia.
La marea de la competición empujaba a los equipos más poderosos, con las mejores piernas, las que lucen en la alfombra roja que conducen a los salones de la nobleza del Women's World Tour. Se fueron difuminando los tiempos del Liv, Israel o Jayco, donde milita Ane Santesteban, arrasados por la barredora del Jumbo, una apisonadora con los engranajes exactos del reloj más lujoso.
El Jumbo no perdona
Las neerlandesas fijaron un registro estupendo (18:03), con una media superior a los 48 kilómetros por hora. Inaccesible para el resto. El Education First, el DSM, el UAE y el FDJ también cedieron. Claudicó por un solo segundo el Canyon. Un chasquido bastó. Las manecillas y sus leyes. El Trek, otro equipo con cresta y Gaia Realini como una de sus grandes apuestas, concedió 9 segundos.
El Jumbo de Marianne Vos, la mujer de las 246 victorias, era un Everest que emergía al nivel del mar. También para el Movistar de Van Vleuten, la emperadora del pasado curso: campeona del Tour, el Giro, la Vuelta y maillot arcoíris. El Movistar se retrasó 12 segundos tras una gran actuación.
Van Vleuten y Vollering, a la par
La heredera de Van Vleuten, Demi Vollering, la mejor de lo que va de campaña (vencedora de la Strade, Amstel, Lieja y Flecha Valona) y la gran favorita, protegida por el SD Worx, entregó 14 segundos.
Apenas les separan un par de segundos. Ane Santesteban cedió algo más, pero la guipuzcoana salió bien parada en Torrevieja, donde el reloj de arena prensó a las candidatas que pujan por la Vuelta femenina.