El pasado 23 de diciembre era el último día hábil a efectos de recepción de demandas en el juzgado especializado en cláusulas abusivas de materia hipotecaria de Navarra, el juzgado de Primera Instancia 7 de Pamplona, cuyo titular es el juez Rafael Ruiz de la Cuesta. Durante esa mañana, había recibido casi medio centenar de asuntos nuevos, sobre todo reclamaciones de gastos vinculados a la hipoteca, como las comisiones de apertura de los préstamos. Y ya eran las últimas que iban a llegar a su despacho de forma exclusiva. Ahora, tendrá tres meses al menos (pueden ser seis si lo aprobara la junta de jueces), en los que su juzgado estará exento del reparto de asuntos. Es decir, tres meses en los que él y la otra juez de refuerzo tendrán que sacar adelante en forma de resoluciones las 1.100 reclamaciones que se les han quedado pendientes toda vez que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha decidido no prorrogar dicho órgano judicial.
Se repartirán a todos los juzgados de 1ª instancia
A partir de ahora, las nuevas demandas que se quieran interponer en materia de claúsulas abusivas se distribuirán entre los distintos juzgados de Primera Instancia de Navarra, así que podrán llegar tanto a Pamplona, Tudela, Estella, Aoiz y Tafalla. Y por tanto también, la respuesta consolidada que tenía el juzgado especializado respecto a ciertas cuestiones, es decir, el criterio que ya había asentado el juzgado a la hora de pleitear por la no prescripción de las cláusulas suelo o por las comisiones de un préstamo, ahora volverá a ser una cuestión que merecerá otra valoración en los distintos tribunales. El resto de juzgados pueden discrepar por ejemplo de la respuesta que ofrecía el actual juzgado especializado y, de esta forma, que ello cause mayor inseguridad a la ciudadanía demandante.
Conviene recordar que el juzgado exclusivo de cláusulas suelo de Pamplona, al igual que los de otros 50 que se crearon en diversas provincias españolas, se creó en verano de 2017 después de que el CGPJ ideara este tipo de órganos especializados para hacer frente a la avalancha de demandas judiciales a raíz de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea declarara nulas dichas cláusulas y de que entendiera que se podía reclamar con retroactividad.
Hace escasos días el Consejo decidió prorrogar el plan de especialización solo en 16 órganos judiciales, así como decretar el fin del mismo en otra media docena de juzgados, entre ellos el de Pamplona, debido a que el número de asuntos que recibía y tenía pendientes no superaban el módulo fijado por el Consejo para que continuara su existencia. Así, el CGPJ estableció la decisión en base a dos criterios objetivos: una entrada de nuevos asuntos superior a 2.000 en el periodo comprendido entre el 1 de octubre de 2021 y el 20 de septiembre de 2022; y una pendencia superior a 1.500 asuntos en el último trimestre (desde el 30 de septiembre de 2022).
En el caso del juzgado navarro no se alcanzaban ninguno de los dos ratios en el momento en el que se establecía la fecha de corte de la decisión, pero sin embargo sí que se ha recibido una importante avalancha de asuntos a partir de ese último trimestre. Para entonces, la mayoría de abogados y procuradores navarros eran conscientes de que el juzgado se iba a cerrar y, por tanto, querían interponer demandas cuanto antes toda vez que conocen los criterios de respuesta de los jueces del órgano especializado.
Según recuerda el titular del juzgado, el juez Rafael Ruiz de la Cuesta, la sede especializada en cláusulas suelo y cláusulas abusivas en las hipotecas ha recibido 10.700 asuntos desde el 1 de julio de 2017 hasta el 31 de diciembre de 2022. Por dicho órgano han pasado hasta 11 jueces a lo largo de dicho tiempo y cuenta con ocho funcionarios en labores de tramitación y gestión y dos más como auxilio judicial. En todo ese periodo de vida el juzgado solo ha contrado con una letrada de la Administración de Justicia, “lo cual ha tenido un mérito enorme”, dice el magistrado Ruiz de la Cuesta, quien no olvida que este órgano, pese a que los números actuales son mucho más asumibles y los tiempos de respuesta son más ágiles, ha tenido épocas de trabajo ímprobo, que pudimos sacar adelante por el gran capital humano del juzgado”.