A las 9 de la mañana están convocados los principales representantes políticos de Euskadi para decidir si nos encontramos en el escenario óptimo para poder seguir la desescalada y flexibilizar las restricciones que hemos seguido en las últimas semanas para contener la pandemia. Con el lehendakari, Iñigo Urkullu, como director único del LABI, y los mejores datos desde el pasado mes de junio, en las próximas horas, conoceremos si se podrán flexibilizar las limitaciones de aforos y horarios y permitir actividades que ahora están restringidas.
A tenor de las predicciones optimistas desde el propio ejecutivo, todo indica que se aumentarán los aforos, que en la última reunión del LABI celebrada el 30 de agosto fueron ampliados al 60 % con carácter general y al 50 % en el caso concreto de la hostelería.
El máximo de personas por grupo es ahora mismo de 8, un sector, el de la hostelería en el que también podría retrasarse el horario de cierre. Uno de los mayores anhelos para el sector ya que actualmente la hora máxima está fijada en la 1 de la madrugada. Una situación dura que el Gobierno Vasco contempla y comprende como destacaba en el pleno de política general el lehendakari, Iñigo Urkullu, al afirmar que es consciente de que "se han cerrado empresas y negocios durante esta crisis".
Otra de las incógnitas es si se permitirá abrir bares de copas y discotecas, algo que en principio no contempla el último plan Biziberri. De cualquier forma, se ha adelantado ya que se optará por mantener medidas preventivas a la espera del efecto del reinicio laboral y del curso escolar este mes de septiembre.