Imagina un grupo de personas ‘plantando’ flores de plástico por toda la ciudad. Entre los participantes hay un joven inmigrante, una niña, un jubilado y un estudiante. Lo que parece una escena sacada de una película de autor es, en realidad, el epicentro de una vibrante red de cambio social puesta en marcha por GizarteLab, una iniciativa pionera que está cautivando a muchos habitantes en Euskadi, promoviendo la participación ciudadana y la cohesión social a través de la innovación.
Pero, ¿en qué consiste exactamente GizarteLab? ¿Qué hace que esta iniciativa sea tan especial? GizarteLab, como su nombre sugiere, es un innovador laboratorio de experimentación social impulsado por Eusko Ikaskuntza en 2019, en colaboración con diversas instituciones, como la Diputación Foral de Gipuzkoa y municipios de la Comunidad Autónoma Vasca.
Su objetivo principal es empoderar a la ciudadanía mediante el desarrollo de habilidades sociales que permitan hacer frente a los desafíos presentes y futuros, y mejorar el bienestar de la comunidad, tal y como explican Koro Muro, responsable de GizarteLAB, y Javier Castro, consultor en innovación social y director ejecutivo de SOCINNOVA.
El programa consta de tres fases, cada una con unos objetivos específicos y actividades concretas, diseñadas para fomentar la colaboración entre los vecinos y el entendimiento mutuo. En la primera fase, además de constituir el grupo, se analizan el contexto y las características de los principales retos a los que se enfrenta la sociedad vasca en general y la comunidad local en particular.
En la segunda fase, se intentan reforzar los lazos entre las personas que componen el grupo y convertirlo en una comunidad. Posteriormente, en los denominados Talleres de Transición, se trabajan las competencias esenciales en temas como las comunidades vecinales de apoyo, los nuevos ecosistemas de cuidados, el envejecimiento activo, la soledad no deseada, la vida plena tras la jubilación, las actitudes hacia el euskera, el medio ambiente, la cooperación entre diferentes o el relevo generacional, entre otros.
La formación en estas competencias desemboca en la constitución de Comunidades de Transición, basadas en el intercambio de buenas prácticas y de vivencias entre los participantes, con el acompañamiento y seguimiento de Eusko Ikaskuntza, pero alentando su consolidación a corto plazo como comunidades con un funcionamiento autónomo.
Koro Muro y Javier Castro abordan las claves de este programa de trabajo en la siguiente conversación.
Hasta el momento, han participado en esta iniciativa una docena de localidades, tanto de Gipuzkoa (Donostia-San Sebastián, Legazpi, Orio, Beasain, Arrasate-Mondragón, Deba, Irun y Mutiloa), como de Araba (Laudio-Llodio, Vitoria-Gasteiz) y de Bizkaia (Bilbao, Gernika). La ejecución y el desarrollo son diferentes en cada una de ellas. “Adaptamos la metodología al municipio, a los participantes y a los retos a los que queremos hacer frente”, reconoce Koro Muro.
Gran impacto de GizarteLab
El impacto de GizarteLab ha trascendido estos municipios y está resonando en numerosos rincones de Euskadi como un eco de esperanza y unidad. Cada taller celebrado, cada idea compartida, cada flor plantada es una semilla de cambio que promete un futuro más inclusivo y solidario.
En ese proceso de transformación, personas como Eric, Koro,Javier y Salomé nos recuerdan que la innovación social y la cooperación son el camino hacia un mañana donde todos, jóvenes y mayores, migrantes y nativos, podamos prosperar de manera conjunta.