El que fuera entrenador del Lagun Onak, ha regalado todo su material didáctico al conjunto azpeitiarra
Alfredo del Castillo no es una persona más en Azpeitia. Al canario se le recuerda con mucho cariño en esta pequeña localidad guipuzcoana por sus servicios al frente del Lagun Onak. Con el míster a los mandos, el conjunto azpeitiarra logró un histórico ascenso en la temporada 1990/91. Pero esta historia de amor comenzó unos años antes cuando se hizo cargo de los juveniles. Ahora, casi 30 años después, Del Castillo vuelve a tener protagonismo es su "segundo pueblo". El que fuera entrenador entre otros equipos del Lagun Onak, Beasain, Real Unión y categorías inferiores de la Real Sociedad, ha regalado al conjunto azpetiarra todo el material didáctico que logró acumular durante su carrera.