Si surge ruido en torno a la negociación de la investidura de Pedro Sánchez, ese ruido no va a provenir de Sabin Etxea. El PNV ha mantenido en los últimos días un perfil discreto, con contadas intervenciones públicas y únicamente a preguntas de los periodistas, con la intención de proteger una negociación que quiere que sea fructífera para el autogobierno vasco y en materia de inversiones. Sin rebajar la exigencia, los jeltzales han dejado en el ámbito estrictamente privado la presión al PSOE, y han evitado que se interprete que juegan a poner en riesgo una mayoría progresista. En ese sentido, el lehendakari Urkullu se ha vuelto a referir este lunes a las negociaciones a preguntas de los medios de comunicación, y nuevamente lo ha hecho de manera poco explícita para manifestar una obviedad: que las conversaciones no se agotarían con un respaldo por parte de Junts, sino que el PSOE necesita también a otros partidos (en una alusión implícita al PNV), y que ya existe una base para exigir compromisos a Sánchez, el cumplimiento del autogobierno vasco “reconocido y singular”.
Urkullu aclaró que no quería añadir incertidumbre en plenas conversaciones, y se remitió así de la manera menos detallada posible a las claves centrales de la negociación entre el PNV y el PSOE que, según confirman fuentes jeltzales consultadas por este periódico, abarca “todas las transferencias” que recoge el Estatuto de Gernika. Aunque hayan corrido ríos de tinta sobre la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, ningún portavoz del PNV ha llegado a situarla como línea roja o a darle prevalencia en esta negociación en concreto. Se habla de todas en general. Son una treintena las que están pendientes y se desconoce cuántas o cuáles de ellas podrían quedar cerradas antes de la investidura. Los mayores avances se habían registrado en los trenes de Cercanías.
Las tasas a la banca y las energéticas, más adelante
A partir de ahí, el PNV no da pistas sobre el compromiso concreto que se le exige a Sánchez, si se está negociando algo parecido a lo pactado entre ERC y el PSOE sobre Rodalies, con compromisos económicos concretos para la transferencia de los trenes de Cercanías (la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha estado presente en varias reuniones con los grupos y este traspaso de trenes era el que estaba más avanzado con la parte vasca antes de las elecciones de julio); o bien si se va a convocar una Comisión Bilateral de Cooperación para pactar una metodología como guía de trabajo para todas las transferencias pendientes.
Probablemente para una fase futura quedarán otros asuntos como las tasas a la banca y las energéticas, que no están ahora mismo sobre la mesa en las conversaciones. El PNV únicamente se ha reafirmado en que esas tasas deben convertirse en impuestos para que puedan concertarse con las diputaciones forales y que sean estas las que regulen y recauden su importe. Esta fase ya llegará más adelante, en la tramitación parlamentaria.
No añadir "más inquietud a la incertidumbre"
El plazo límite para que Sánchez consiga ser investido es el 27 de noviembre o, de lo contrario, se repetirán las elecciones generales el 14 de enero. El PSOE y Sumar siguen ofreciendo señales de optimismo en público, ya sea porque creen que lo tienen amarrado, o bien para añadir presión en público a los socios. El lehendakari se refirió a estas negociaciones en unas declaraciones ofrecidas durante la visita al Data Center de Abanto, donde aclaró que no iba a “añadir más inquietud a la incertidumbre”.
“Estamos en un proceso de negociación. No es solo la resolución de las conversaciones entre el PSOE y Junts lo que queda pendiente, creo que queda pendiente algo más también. Y, en todo caso, a mí me corresponde hablar desde la certidumbre y la estabilidad y, en ese sentido, el compromiso del Gobierno vasco para con la sociedad vasca es intentar ofrecer certidumbre en estos tiempos convulsos en los que estamos viviendo, no solo por la conformación de un Gobierno sino por el contexto internacional. Y ese es mi compromiso. La legislatura anterior había un compromiso por parte del Gobierno español que no ha cumplido, y creo que es base suficiente para saber cuál es el compromiso que un Gobierno español futuro habría de tener con el autogobierno singular y reconocido vasco, el autogobierno que se basa en lo que es, hasta el momento, el Estatuto de 1979, pendiente de ser cumplido”, dijo, en referencia a las transferencias pendientes y también a la erosión de las que ya son gestionadas desde Euskadi. En referencia a la erosión del autogobierno, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, ya había avanzado la apuesta del PNV por blindar la singularidad vasca para evitar las invasiones de competencias o la desprotección del euskera. El grupo que lidera Aitor Esteban en el Congreso ya había alertado de algunas leyes previstas que parecen anticipar una tendencia uniformizadora, como la de Cohesión.
A medida que avanza el tiempo, los parámetros de la negociación pueden verse afectados por la proximidad de la fecha límite del día 27, porque la cercanía de esa barrera psicológica puede beneficiar a Sánchez para presionar a los socios con una hipotética repetición electoral. No obstante, el PSOE se juega también no cerrar un acuerdo en falso, sin garantizarse los compromisos y la estabilidad necesaria para que su legislatura dure.