El lehendakari arranca el compromiso de acelerar los traspasos y el TAV y aprieta con el déficit

"Ha ido bien". El lehendakari salió este viernes de su reunión con Pedro Sánchez con la sensación de que hay un buen clima de trabajo, y también cree que el presidente español quiere una legislatura larga en el Estado. Quizás por ello, y porque el PSOE necesita los votos del PNV para que la legislatura dure, desde Madrid han asumido un tono conciliador y proclive a cumplir los compromisos. En una suerte de simbiosis, Pradales ha querido mostrar a su vez la disposición de Euskadi a que la legislatura estatal aguante para evitar la inestabilidad y con el objetivo de que haya tiempo y margen para cumplir las promesas adquiridas. Por ahora, el Gobierno español se ha comprometido a convocar la Comisión Permanente de traspasos a finales de octubre y a acelerar los informes técnicos para tomar una decisión sobre la conexión del TAV con Nafarroa, y el lehendakari sigue apretando para acelerar en todos los frentes, también para que se produzca ya una "clarificación" de la senda de déficit y deuda, con el objetivo de que Euskadi pueda redactar unos Presupuestos "expansivos" en la medida de lo posible.

Esta cuestión salió a relucir cuando se le preguntó por la votación de la senda de déficit española la semana que viene, que Junts podría volver a tumbar. En un mensaje que algunos ámbitos interpretaron como una presión a los soberanistas catalanes, Pradales aseguró en primer lugar que él tiene la impresión de que Sánchez tiene "ganas de continuar con una legislatura larga", y añadió que "Euskadi va a jugar a favor de la estabilidad en el Estado" porque es el mejor escenario para avanzar en cuestiones como el autogobierno. "La relación entre el Gobierno español y Junts entiendo que tenga sus propios canales; en cualquier caso, nosotros siempre hemos intentado favorecer la estabilidad política", dijo, para añadir que su gobierno está pendiente de la senda de déficit española para poder definir también la vasca y redactar unos Presupuestos propios para 2025, porque con esa capacidad de déficit "nos estamos jugando las inversiones en el sistema sanitario, el ámbito educativo, mejorar las plazas MIR... ". "Requieren de una clarificación de la senda de déficit para que podamos hacer unos Presupuestos en la medida de lo posible más expansivos", defendió.

Además, volvió a presionar para que se entreguen los informes técnicos, medioambientales y económicos para decidir la conexión del TAV entre la comunidad autónoma vasca y Nafarroa y poner fin a las especulaciones sobre Ezkio-Itsaso y Gasteiz. Según relató, el presidente se ha comprometido a tratarlo con el ministro Óscar Puente para que acelere.

"No meterse en casa de los vascos" con el Concierto

Pradales explicó que ambos hablaron sobre el déficit y la deuda, los Presupuestos, el escenario que se abre con la nueva Comisión Europea, la preocupación por las "olas antidemocráticas que azotan al continente europeo", la relación "bilateral y justa" del Concierto Económico, o los dos bilbainos detenidos por el régimen de Maduro bajo la acusación de conspirar contra el régimen, una cuestión donde ambos gobiernos han quedado en seguir trabajando a nivel diplomático y compartiendo información.

En principio, se había interpretado en ámbitos estatales que esta ronda de Sánchez con los presidentes autonómicos tenía por objeto abordar la financiación autonómica, pero este asunto solo salió a relucir por boca de Pradales para defender la singularidad del Concierto Económico vasco frente a las comparaciones con el sistema que quiere Catalunya. "No me voy a meter en casa ajena porque a mí no me gusta que nadie se meta en casa de los vascos", avisó, para lamentar que muchas veces se ataque la autonomía fiscal vasca desde el "desconocimiento" del sistema.

Por otro lado, sobre el nuevo estatus de autogobierno, repitió su apuesta por ensanchar la bilateralidad, basándose en experiencias que ya existen como el Concierto Económico o la Junta de Seguridad, y apostó igualmente por un sistema de garantías y el reconocimiento nacional de Euskadi, que está recogido en los acuerdos con los socialistas.