El lehendakari no suele dejar pasar los plenos de política general sin lanzar propuestas sobre autogobierno con las que cree que puede desatascar la búsqueda de una mayor capacidad de decisión para Euskadi o bien, como ha sucedido este jueves, hacer posible que el Estado cumpla el Estatuto de Gernika. En el pleno, Urkullu ha solicitado una Comisión Permanente entre los gobiernos vasco y español para establecer las formas y fundamentos con los que transferir las materias pendientes, y que permita cumplir la ley en su integridad.
Esta sería una comisión que va más allá de los grupos de trabajo que se crean puntualmente para abordar un traspaso concreto y que, a día de hoy, solo se han conformado para los trenes de cercanías. Esa parálisis y la sensación de que el proceso se activa y desactiva a placer en función de la voluntad política del Gobierno español han llevado a exigir este foro permanente y estable para dar fluidez y continuidad a la negociación de las materias que debe gestionar Euskadi por ley. Este foro es diferente a la Comisión Mixta de Transferencias que se reúne solo cuando se alcanza un acuerdo sobre un traspaso concreto y se trata de firmarlo.
El lehendakari, que gobierna en coalición con los propios socialistas, quiso reconocer como gesto público las transferencias ya acordadas. Pero el año y medio de sequía en este terreno lo llevaron a exigir tres impulsos políticos al presidente español, Pedro Sánchez, como “prueba de confianza”. Le pidió culminar de manera “inmediata” la transferencia de las líneas de tren de cercanías; constituir de inmediato los cinco grupos de trabajo sobre meteorología, fondo de protección a la cinematografía, ordenación del litoral, migración y salvamento marítimo; y crear esta Comisión Permanente.
Es una oferta que envió este jueves por la mañana al propio Pedro Sánchez. Urkullu ha reiterado en el pleno otros planteamientos como acordar con el Estado la posibilidad de no aplicar leyes que invadan competencias vascas, y activar un Concierto Político.
Urkullu llegó a leer la disposición transitoria segunda del Estatuto de Gernika, que contemplaba crear una Comisión Mixta en el plazo de un mes para establecer las normas en virtud de las cuales realizar las transferencias. Cuatro décadas después, el proceso sigue pendiente. Urkullu exigió al Gobierno español que cumpla su propio calendario de transferencias y citó otras materias como los puertos y aeropuertos, estudios extranjeros en enseñanzas universitarias, régimen electoral municipal, inspección pesquera y gestión del régimen económico de la Seguridad Social.
Erosión del autogobierno
El lehendakari fue también muy crítico con el proceso de “erosión” del autogobierno a través de leyes estatales, reveló que ha enviado el informe del Gobierno vasco al respecto a Pedro Sánchez, y volvió a apostar por expandir el autogobierno, aunque está en manos de los partidos reactivar o no la ponencia parlamentaria del nuevo estatus.
Sí planteó incluir los conceptos de la gobernanza multinivel, proveer a Euskadi de capacidades para ejecutar nuevas políticas públicas, evitar tentaciones recentralizadoras y participar en foros europeos. “La participación de Euskadi en la Unión Europea constituye una de las principales insuficiencias del Estatuto de Gernika y es una de nuestras prioridades”, recalcó.
Urkullu censuró la “dinámica constante tendente a la armonización”, apostó por una relación “constructiva”, y recriminó al Gobierno español que se atribuya “el papel de único intérprete del Derecho y de dilucidar si procede o no, y cuándo, cada transferencia”. Pidió desterrar la unilateralidad.