El lehendakari tiende puentes con el hidrógeno y la gastronomía de Córcega

Por primera vez desde el estallido de la pandemia, el lehendakari ha recuperado este lunes su agenda internacional. Y lo ha hecho con una visita a Córcega que no solo ha tenido un componente político para apostar por otro modelo territorial en el Estado español sino que, como es habitual en estos casos, ha desplegado también una agenda económica, con el objetivo de presentar a Euskadi como una sede atractiva para las inversiones.

Córcega es en esencia un territorio turístico (el 80% del PIB) y Euskadi es industrial, pero Urkullu cree que los modelos son complementarios. El lehendakari pudo sacar brillo al atractivo vasco ante el comité ejecutivo de la Cámara de Comercio e Industria de la zona, ante representantes del sector turístico, las energías renovables, el sector náutico, transportes, agricultura y alimentación, tal y como explicaron desde Lehendakaritza a este periódico. De hecho, tenía una visita programada a la plataforma de investigación e innovación de energía renovable Myrte y Paglia Orba, que trabaja también con el hidrógeno y ha recibido a delegaciones japonesas.

Ese terreno lo comparte con Euskadi, y Urkullu vio un margen para colaborar, pero también en el turismo sostenible y la gastronomía, donde Euskadi "es el país de Europa con mayor concentración de estrellas Michelin". Citó productos de Córcega como la charcutería, el queso, el aceite de oliva o el vino.

ATRACTIVO Y ARRAIGO

En su encuentro con la Cámara de Comercio e Industria de Córcega, en el Palacio de Congresos de Aiacciu, Urkullu presentó a la economía vasca como un modelo en esencia industrial, con un sector "altamente competitivo", donde "el valor añadido bruto representa el 23% de la economía vasca", frente a la media estatal del 16% o el 19% europeo. Añadió que el PIB conjunto de la industria y los servicios avanzados conexos supera el 39%, y que alcanzar el 40% es uno de los diez objetivos de país del programa de Gobierno PNV-PSE.

Esta defensa cerrada con cifras contantes y sonantes se produce en un momento en que algunos partidos cuestionan el atractivo de Euskadi, ya sea por la OPA de Siemens sobre Gamesa, o por el debate fiscal que trata de agitar el PP. Urkullu se fijó como objetivo "aunar arraigo e internacionalización", "consolidar el arraigo de las empresas vascas que constituyen verdaderos campeones ocultos a nivel mundial".

Urkullu reivindicó marcas vascas como Iberdrola, BBVA, el grupo Mondragon, Petronor, Aernnova, Gestamp, CAF o Irizar. Puso en valor, asimismo, que se ha desarrollado "una política de clúster" para movilizar fuerzas y recursos.

EUSKADI "RESPONDE A LA CRISIS" 

Tras repasar la complicada coyuntura mundial por la concatenación de crisis (la de 2008, la pandemia y ahora la invasión de Rusia a Ucrania), consideró que la economía vasca está "logrando responder a esta situación desde una base firme", con un PIB que es un 28% superior a la media española y se encuentra un 10% por encima de la Unión Europea. Sí reconoció que generar empleo y que sea de calidad sigue siendo uno de sus objetivos, porque las tasas desempleo del 9,8% se encuentran por encima de la media europea, aunque "la tendencia es positiva, hemos recuperado todo el empleo perdido por la crisis sanitaria y estamos a punto de conseguir la población activa más alta de nuestra historia, por encima de las 982.000 personas empleadas".

Señaló también el "esfuerzo" presupuestario en materia de innovación, y explicó el modelo del Concierto Económico, que supone asumir un "riesgo unilateral". Ahí dijo que la "solvencia está acreditada" con un endeudamiento del 16%, y con unas agencias de rating que sitúan la calificación vasca dos niveles por encima de la estatal. Apostó por abordar los retos energético, digital y demográfico.