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Las Claves de Javier Vizcaíno
A la tercera fue la vencida. El presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Andrés Sendagorta, telefoneó personalmente al lehendakari, Iñigo Urkullu, para disculparse por el concierto de toses y carraspeos que tuvo que soportar cuando habló en euskera en el congreso de empresa familiar que se celebró en Bilbao los pasados lunes y martes. Más vale tarde que nunca.
¿El lehendakari usa la estrategia del MLNV?
A la tercera fue la vencida. El presidente del Instituto de la Empresa Familiar, Andrés Sendagorta, telefoneó personalmente al lehendakari, Iñigo Urkullu, para disculparse por el concierto de toses y carraspeos que tuvo que soportar cuando habló en euskera en el congreso de empresa familiar que se celebró en Bilbao los pasados lunes y martes. Más vale tarde que nunca.
Lástima que no tuvimos tiempo para digerir la satisfacción por un capítulo que queda cerrado para bien. Prácticamente al mismo tiempo que la noticia de la llamada, nos llegaron las ásperas palabras del expresidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Juan Luis Ibarra, contra las personas e instituciones que han osado criticar la retahíla de sentencias judiciales sobre el euskera. El normalmente moderado Ibarra se soltó la melena a tal punto que llegó a comparar las opiniones del propio lehendakari, del consejero de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco o de otras decenas de personalidades e instituciones nada menos que con "la estrategia de socialización del sufrimiento que llevó a cabo en su día el MLNV".
No fue una frase suelta. Buena parte de su alocución en un seminario de la Fundación Fernando Buesa titulado "Aquellos mitos con los que mataron" la dedicó a incidir en el racarraca de que quienes hoy expresan sus críticas a las sentencias judiciales pretenden deslegitimar a los jueces que las emiten del mismo modo que lo hacía el entorno de ETA. Y no se quedó ahí. Según el que, en su día, también fue número dos de Juan Alberto Belloch en el ministerio español de Justicia e Interior, se pretende instalar la idea de que "no es posible defenderse ante unos jueces españoles que, como no conocen o emplean el euskera, no están capacitados para juzgarnos". Sendagorta se disculpó. Apuesto a que Ibarra no lo hará.