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El Líbano forma un nuevo Gobierno tras más de dos años de bloqueo político

El nuevo Ejecutivi liderado por Nawaf Salam promete reformas y la reconstrucción del país tras la guerra
El primer ministro Nawaf Salam firma el decreto de la formación del nuevo Gobierno libanés.
El primer ministro Nawaf Salam firma el decreto de la formación del nuevo Gobierno libanés. / EFE

Actualizado hace 9 minutos

Tras más de dos años con un Gobierno en funciones por los desacuerdos entre las fuerzas políticas, el Líbano formó este sábado un nuevo Ejecutivo encabezado por el primer ministro, Nawaf Salam, que prometió reformas en el plano económico y reconstruir un país devastado por la guerra del año pasado con Israel.

El tan esperado anuncio fue emitido por el presidente del Líbano, Joseph Aoun, quien firmó a primera hora de la tarde un decreto para la formación del Gobierno y que puso fin a casi un mes de intensas consultas entre los bloques políticos, iniciadas después de que Salam fuera designado y se le encargara repartir las carteras de su gabinete.

Finalmente, el nuevo Gobierno está compuesto por 24 ministerios repartidos entre las formaciones cristianas, musulmanas chiíes y suníes del país, mientras que tan solo cinco mujeres están a cargo de departamentos en este Ejecutivo, formado apenas diez días antes del vencimiento de la extensión del alto el fuego con Israel.

En las carteras más relevantes figuran el nuevo ministro de Defensa Nacional, Michael Mansaq, cercano al presidente Aoun; el titular de Exteriores y Expatriados, Yusef Raye; el de Economía y Comercio, Amer Lebsaq; el de Desplazados, Kamal Shehade; o el de Salud Pública, Rakan Nasr el Din, de acuerdo con el funcionario.

Intensas consultas

La formación de Gobierno se produce tras tres intensas semanas de consultas entre las formaciones desde que Salam fue designado como primer ministro el pasado 14 de enero, y justo después de la visita iniciada el viernes de la enviada especial adjunta de Estados Unidos para Oriente Medio, Morgan Ortagus.

La estadounidense afirmó ayer desde Beirut que su país no permitirá la participación del grupo chií Hizbulá en el nuevo Ejecutivo, como parte de sus "líneas rojas" respecto a la diezmada formación, si bien la Presidencia libanesa se distanció posteriormente de estas declaraciones.

Y es que precisamente, las demoras en la formación de Gobierno se produjeron por las disputas con los grupos chiíes respecto al reparto de carteras, algo que finalmente se resolvió con la asignación de cinco ministros de esta rama del islam a la que pertenece Hizbulá y su aliado del mismo signo Amal.

Esto fue ampliamente celebrado por la misión de la ONU en el Líbano, que dijo que este paso abre "un nuevo y más brillante capítulo" en el país, así como por las embajadas de Francia y Estados Unidos, cuyos gobiernos componen el mecanismo de implementación del alto el fuego con Israel y ejercen gran influencia.

El ministerio de Exteriores de Egipto también se unió a la ola de felicitaciones, mientras que el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abulgueit, deseó éxito a Nawaf Salam para "lograr todo lo que necesite el Líbano y el pueblo libanés".

Reconstrucción y retirada de Israel

Poco después del anuncio de la formación de Gobierno, Salam afirmó en una breve comparecencia desde el palacio de Baabda que la retirada de las tropas de Israel del Líbano y la reconstrucción del país tras la guerra son "una obligación y no una promesa" de su gabinete.

"La reforma es la única vía para la verdadera salvación. Esto requiere que el Gobierno garantice la seguridad y la estabilidad en el Líbano mediante el alto el fuego y la retirada israelí del territorio libanés hasta el último centímetro", dijo, en referencia a lo estipulado en el acuerdo de alto el fuego.

Asimismo, añadió que esto tiene que ir "en paralelo con la reconstrucción, que es una obligación y no una promesa" de su nuevo Gobierno, que "procurará recuperar la confianza del pueblo libanés, así como de los países vecinos y la comunidad internacional".

La comunidad árabe e internacional han advertido de las consecuencias de mantener un gobierno en funciones a la hora de tomar decisiones o acceder a ayudas financieras, especialmente después de la guerra entre Israel y Hizbulá, que dejó una gran destrucción en el Líbano y se saldó con más de 4.000 muertos.

Nawaf reconoció que "es difícil" que la formación de su Gobierno satisfaga a todas las fuerzas políticas del dividido país, pero prometió que su gabinete trabajará "en armonía", también hacia la reforma económica y financiera para hacer frente a la acuciante crisis que atraviesa el Líbano desde 2019.

2025-02-08T21:08:12+01:00
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