El libro Testimonio de una época. Religión, sexo y compromiso revolucionario del errenteriarra Txema Arenzana se puede adquirir en las librerías Mirentxu, Xenpelar, Noski y Rojas, en el estanco Maitexa y en el quiosco de Josemi de la calle Biteri. La semana pasada presentó su obra en Errenteria. Arenzana ha escrito una decena de libros de manera altruista para muchas asociaciones de la villa y todas ellas quisieron apoyarle con su presencia en el acto.
¿Cómo fue la presentación del libro en Lekuona Fabrika?
Yo me esperaba que viniera gente, pero no tanta. Vinieron unas 100 personas y lo bonito e interesante fue que representaban a todo el arco político, cultural, deportivo y asociativo local. El público era muy transversal. La presentación duró una hora: primero hubo un pequeño vídeo, después el historiador Mikel Zabaleta me presentó y tras mi intervención el público pudo hacer su ronda de preguntas.
¿Qué es lo que recoge su libro?
Este es mi libro más personal y responde a una obsesión. Uno cuando llega a una edad se pregunta “¿por qué he llegado a donde he llegado?”. Normalmente, el período fundamental en la vida de cualquier persona son los primeros años, por eso en el libro abarco mis primeros 30 años, normalmente la parte más turbulenta de la vida. Yo quería explicarme el porqué de esas decisiones que tomé.
¿Qué vivió en sus primeros 30 años?
El libro está estructurado por décadas, aunque el corte no es exacto del todo. En el primer capítulo hablo de mi infancia en los años 50. Nací en Nájera en el seno de una familia numerosa y, al ser la casa pequeña, nuestra madre y nuestra abuela nos mandaban a jugar y a hacer nuestras travesuras al río Najerilla. Eso lo compaginábamos con ir a la escuela de curas y monjas. La segunda parte son los años 60 y en esa época solían venir frailes a captar chavales para los colegios. Yo tuve la suerte de poder estudiar fuera, porque mi madre eligió que fuera con los Agustinos Recoletos. Yo en esa época tenía once años. Pasé por los colegios de Lodosa, Valladolid... Luego dejé los frailes y pasé a la Universidad Laboral de Alcalá de Henares. El sacar un sobresaliente me permitió estudiar una carrera superior con beca y aterricé en la Complutense de Madrid. Al tercer capítulo, el que refleja los años 70, yo le llamo el del compromiso revolucionario. Pasé de un compromiso social a uno más político buscando establecer un nuevo régimen, en mi caso comunista. Yo pertenecí a la ORT, Organización Revolucionaria de Trabajadores.
Hablaba de la toma de decisiones. ¿Cuáles fueron las más importantes en esos primeros años?
Valoro tres decisiones importantes. Una, salirme de los frailes. Me vino bien poder estudiar en un colegio fuera de mi pueblo, pero la ilusión de mis padres de tener un hijo fraile se la frustré con 15 años. La segunda decisión, esta ya mucho más trascendental, la tomé en el año 72, cuando decido dejar la carrera para hacer la revolución. Esa decisión fue muy dura para mis padres, porque era el único hijo que pudo estudiar una carrera universitaria.
¿Entonces no terminaste la carrera de Economía?
La terminé diez años después casado, con dos hijos y trabajando. Que eso sí que tiene mérito. Me apunté a la Universidad a Distancia. Sacaba unas cinco o seis asignaturas al año.
¿Cuál fue esa tercera decisión importante?
En el año 75 paso a militar en la ORT y me proponen liberarme. Eso era más serio, era dejar de trabajar para dedicarme a la política en la clandestinidad. Ahí podía pasar cualquier cosa: te podían detener, pegar un tiro... Esa decisión la mantuve hasta que en el año 80 nos disolvimos como partido y volví al Ayuntamiento de Errenteria. Después no quise saber nada de ningún partido. Entonces tenía una plaza de recaudador. Luego opositando llegué a sacar la plaza de interventor. Llevé con mano firme el área económica y esos años no fueron fáciles porque pasaban muchos avatares en la vida política municipal.
De la docena de libros que ha escrito, ¿hay alguno favorito?
Sí, hay dos que me han satisfecho especialmente. Uno sobre las mugas de Errenteria desde la época de los Reyes Católicos, ya que no había ninguna investigación en ese sentido, y el que más me ha convencido es la biografía de Miguel José Garmendia Aldaz.
¿Tiene pensado escribir una segunda parte de este libro?
Sí, tengo pensado escribir una segunda parte dedicada a mis grandes aficiones que son la montaña, el atletismo y la literatura.