El Baskonia sufrió lo indecible, pero consiguió una valiosísima victoria en casa del líder y cerró la gira turca con un doble triunfo que le sirve para presentar su candidatura a estar entre los mejores de Europa. La fantástica primera parte de los gasteiztarras, en la que llegaron a conseguir una ventaja de 21 puntos, sirvió para resistir tras el descanso el empuje de un Fenerbahce alentado por su afición, pero que acusó sus importantes bajas.
Peñarroya, que recuperó a Henry para la causa tras ausentarse contra el Efes por asuntos personales, introdujo novedades en el quinteto inicial como la presencia de Marinkovic, uno de los mejores el pasado miércoles, o Enoch acompañando a los habituales Thompson, Giedraitis y Hommes. El duelo comenzó muy espeso, con muchos errores en el lanzamiento, ritmo lento, faltas y escasos puntos. De hecho, a los cinco minutos del primer cuarto el resultado era de 5-5 con Hommes y Enoch en el banquillo, el primero desde el minuto tres con dos faltas personales y Enoch con una herida en la ceja. Un triple de Costello abrió la veda para los azulgranas, que comenzaron a convertir los errores del Fenerbahce en puntos en transición y, liderados por la precisión desde el perímetro del propio Costello, con ocho puntos en el primer cuarto, lograron distanciarse hasta el 10-17, obligando a Itoudis a pedir tiempo muerto.
Guduric recortó distancias con un triple, pero tras ello llegó un parcial de 0-9 favorable al Baskonia entre el final del primer cuarto y el inicio del segundo, llegando a doblar al conjunto turco en el marcador (13-26) con Henry y Howard haciendo mucho daño. El Fenerbahce, sin embargo, no iba a dar su brazo a torcer tan fácilmente y respondió con tres triples consecutivos de Calathes, Pierre y Edwards, con los que se acercó hasta el 22-26. No le quedó otra a Joan Peñarroya que pedir un tiempo muerto que tuvo el efecto deseado, ya que los gasteiztarras regresaron a la cancha encendidos. Un extraordinario Henry, con la motivación extra de jugar contra su exequipo, lideró tanto la defensa como la ofensiva de su equipo para encadenar un eléctrico parcial de 5-22 en el que los visitantes pasaron por encima del conjunto entrenado por Itoudis, secándolos con un gran esfuerzo defensivo y corriendo la cancha a toda velocidad para anotar unas veces por fuera y otras encontrando a Kotsar y a Sedekerskis cortando a canasta. Henry, en su versión más tenaz en ataque, sumó nueve puntos durante esos poco más de tres minutos de ebullición y el Baskonia alcanzó una máxima ventaja de 21 puntos, que se quedó en 19 al descanso (33-52).
Sufrimiento hasta el final
Los 19 puntos de colchón eran una renta cómoda, y así lo debieron pensar los jugadores baskonistas, ya que volvieron de vestuarios con cierto punto de relajación y el Fenerbahce lo aprovechó. Jekiri, que fue uno de los mejores del cuadro local en su reencuentro con su exequipo, contagió con su energía y su trabajo bajo los aros para conseguir segundas oportunidades a su equipo, Guduric, Calathes y Mahmutoglu se enchufaron al partido y los de Peñarroya comenzaron a perder balones y a errar lanzamientos fáciles. De esta manera, al ecuador del tercer cuarto el marcador era de 45-56 tras un parcial de 12-4, pero el Fenerbahce aún se acercaría más. Mahmutoglu anotó cinco puntos en diez segundos con un tiro de dos y un triple tras robo de Jekiri y Guduric hizo estallar el Ulker Arena con otra diana exterior que situaba a los de Estambul a solo cuatro puntos (56-60). Fue entonces cuando Peñarroya recurrió a la opción de juntar a los tres pequeños, Thompson, Henry y Howard, sobre la cancha, estrategia que le sirvió para coger algo de oxígeno con dos puntos de Tadas y cinco de Howard antes de entrar en el cuarto decisivo, al que se llegó con ventaja de dobles dígitos (56-67).
Esos once puntos de renta terminaron siendo claves en el último parcial, en el que el Baskonia, viendo todo lo que le estaba costando anotar en la segunda parte, se puso el mono de trabajo y se defendió con uñas y dientes para evitar que el triunfo que parecía amarrado al descanso se escapara. El duelo se encalló, las defensas se impusieron a los ataques, ambos equipos se cargaron pronto de faltas y eso benefició a los que iban por delante. Los gasteiztarras fueron dejando que el tiempo avanzara y a los ocho minutos de juego del último cuarto el parcial era de solo siete puntos para cada uno y la renta se mantenía con el 63-74. Sin embargo, al Fenerbahce le quedaba un último empujón liderado por Edwards, se llegó a situar 70-74 a falta de un minuto, pero los de Peñarroya, que sudaron hasta la última gota, fueron capaces de resistir y cerraron la gira turca por todo lo alto, con una victoria sufridísima (70-76) pero de incalculable valor.