El presidente de la autoproclamada República Turca del Norte de Chipre, Ersin Tatar, ha avisado este sábado a Naciones Unidas que el ataque del viernes contra sus fuerzas se enmarca dentro de una "cuestión de soberanía" sobre la que el organismo internacional no tiene competencia alguna e insistido en que completará pese a quien pese la remodelación de la carretera que se encuentra en el epicentro de la crisis.
Los cascos azules de la Fuerza para el Mantenimiento de la Paz en Chipre (UNFICYP) fueron atacados cuando intentaban bloquear la construcción "no autorizada" de una carretera en la parte norte, en la zona tapón que separa el territorio grecochipriota del turcochipriota.
Tatar, en declaraciones este sábado a Haber Global, ha insistido en que la carretera era una cuestión prioritaria para la población de Pylas, que pasa sus días entre atasco y atasco en plena Línea Verde, la delimitación marcada por la ONU con la parte grecochipriota.
Por contextualizar, Chipre está partida en dos desde que en 1974 el Ejército turco ocupó la parte norte --el 36,2 por ciento de su territorio-- tras un golpe de Estado instigado por la junta militar en el poder en Grecia y ante el temor de que la isla se uniera a este último país. En 1983, los turcochipriotas proclamaron esta República Turca del Norte de Chipre, reconocida únicamente por Ankara.
Naciones Unidas ejerce como garante en la zona que separa los dos territorios, al tiempo que trata que las partes acerquen posturas para lograr la reunificación. Sin embargo, todos los intentos realizados hasta ahora han concluido en fracaso, pese al compromiso que siguen manteniendo los dos lados de seguir avanzando en este sentido.
Naciones Unidas ya había advertido de que intercedería para impedir que siguiesen adelante las obras para conectar las localidades de Pylas y Arsos, lo que derivó en una concentración de personas que, desde la parte turcochipriota, reivindicaban el derecho de las autoridades locales a seguir la construcción.
"Estamos ante una carretera muy estrecha donde las colas de los atascos son muy largas. Es una distancia de diez minutos que la gente tarda una hora en recorrer, padres que llevan a sus hijos al colegio, ancianos que van al hospital, y que llevan años criticándonos", remacha Tatar específicamente a la ONU, "de aquello que lleváis años sin hacer".
"No hemos entrado en el territorio de nadie y estamos decididos a completar este camino. El trabajo continuará y se completará en breve, y habrá prestado un gran servicio a la gente de la región", ha culminado Tatar.