El límite para el Bilbao Basket está en el cielo

SIETE victorias consecutivas adornan ya el casillero del Surne Bilbao Basket, que en el duelo de dos equipos en racha supo proteger la suya en Miribilla, donde ya encadena ocho triunfos y se postula para pelear por el play-off. Esto no es ninguna exageración ni añadir una presión excesiva al equipo porque, de hecho, los hombres de negro se encuentran igualados con el sexto puesto después de haber disputado ya diecinueve encuentros de esta Liga Endesa, la más abierta de las últimas temporadas, y haber sumado diez triunfos.

Esta racha victoriosa, que empieza a parecer inacabable para un grupo que está en estado de gracia, es la segunda mejor de la historia del Bilbao Basket en la ACB. La mejor data de la campaña 2009-10, tras la llegada de Fotis Katsikaris al banquillo en lugar de Txus Vidorreta, y sirvió entre las jornadas 21 y 28 de la segunda vuelta para escapar de los puestos de descenso y rozar la clasificación para la lucha por el título.

Ayer domingo el equipo de Álex Mumbrú tuvo que picar piedra durante tres cuartos ante el Baxi Manresa, un equipo que juega un baloncesto excelente y no va tercero por casualidad. Hubo dudas en ataque en la primera mitad ante una defensa agresiva en las líneas de pase y que se cerraba muy rápido en torno al poseedor del balón para negar la posibilidad de encontrar tiros abiertos. Las doce pérdidas penalizaban al Bilbao Basket, que al menos logró evitar que el Manresa aprovechara esos errores para anotar con facilidad, como es su costumbre. Los vizcainos lograron agarrarse al partido al partido a la espera de la inspiración y fueron haciendo labor de hormigas para encontrar los puntos débiles de su rival.

Costó que saliera a la luz e, incluso, la victoria pareció escaparse cuando los catalanes tomaron diez puntos de ventaja. Los de Pedro Martínez habían llegado al descanso con 0 de 9 en triples, en lo que es su punto más flaco ya que en el curso presentan un 31% de acierto desde esa distancia. Pero anotaron cinco en apenas cuatro minutos, cuatro de ellos consecutivos, y complicaron aún más las cosas al Bilbao Basket, que no se vino abajo y continuó con la tarea de zapa.

Ángel Delgado empezó a percutir en el rebote de ataque y cargó de faltas a Yankuba Sima y Ismael Bako, que ya no podían ir tan agresivos en la canasta de ataque. Gytis Masiulis, que además anotó un triple providencial a falta de 2.50 para el final, y Damien Inglis se fajaron con Chima Moneke, que no para quieto ni un segundo. El Bilbao Basket dio al Manresa de su medicina en el último cuarto ya que sumó seis puntos de rebote ofensivo y dieciocho en la pintura en diez minutos en los que, al fin, encontró su ritmo y lanzó 22 veces a canasta para terminar ahogando.

De nuevo, seis jugadores anotaron por encima de los nueve puntos y el 2+1 de Inglis puso el trabajado lazo a otra victoria de un equipo que va a alcanzar los dos meses sin perder y al que la meta de la permanencia, por más que se quiera mantener los pies en el suelo, se le empieza a quedar pequeña. El Surne Bilbao Basket vuelve a estar en boca de todos para resaltar unas virtudes evidentes y un rendimiento que ya no sorprende a nadie. Ahora mismo, el cielo es el límite porque los deberes con los que arrancó el curso están casi hechos.

las reacciones

"hay que seguir trabajando"

Sin euforia. Alex Mumbrú no quiere ningún tipo de euforia tras las siete victorias seguidas de su equipo, que consideró "algo simbólico a estas alturas". "Esto es muy largo y lo que hay que hacer es seguir trabajando hasta la última acción, no podemos perdonar. Ahora, tenemos que centrarnos en el Burgos de aquí a diez días que seguro que nos esperan con ganas", apuntó tras un encuentro "largo y duro en el que hemos aguantado los malos momentos hasta esperar el nuestro, que ha llegado en el último cuarto gracias a todo el trabajo anterior".

Katsikaris, destituido. La jornada dejó la destitución del entrenador griego del Unicaja, ex del Bilbao Basket, después de su equipo cayera en Zaragoza y sumara la quinta derrota en los últimos seis partidos. Es el sexto club que cambia de técnico con la temporada en marcha, aunque el Burgos lo ha hecho dos veces.