Valverde, el maestro es mucho Maestro

Como era de esperar, por una cuestión lógica, porque la carrera futbolística de Andoni Iraola no se entiende sin la de Ernesto Valverde en los banquillos, la figura de ambos copó la atención mediática en la previa del vibrante encuentro que Athletic y Rayo Vallecano disputaron anoche en San Mamés. Un técnico incipiente, que apunta muchas y muy buenas maneras, que es leyenda del club rojiblanco, ante todo un veterano, un entrenador que conoce el mundillo como pocos y que entre sus muchos logros figura el de ser uno de los diez entrenadores que más encuentros ha dirigido en LaLiga. Pero la afición del Athletic, que en gran número no esconde que algún día los caminos de la entidad bilbaina y los de Iraola deberían cruzarse de nuevo, tiene la suerte a día de hoy de disfrutar de Valverde. El maestro es mucho maestro aún para el alumno, por muy aventajado que este sea.

El fútbol necesita más personajes como Valverde e Iraola. Atrevidos, que hacen del fútbol un deporte entretenido, que no buscan la trampa y que apuestan por llegar al área rival mimando el balón, sin maltratarlo. Hay momentos y momentos, claro está, y los partidos se dividen en muchas fases, pero la primera media hora que ofrecieron anoche Athletic y Rayo Vallecano es de esas que deberían ponerse en las escuelas de entrenadores. Especialmente por cómo preparó el técnico rojiblanco el partido. Supo que el conjunto madrileño, quizá en un ejercicio de demasiado atrevimiento, le tiraría las líneas muy arriba y que debía explotar al máximo la velocidad endiablada de los dos Williams. Y así fue.

Poco importó el buen arranque rayista, con una muy buena presión que en los primeros cinco minutos asfixió al Athletic, incapaz de sacar el balón controlado y que estuvo a merced de su rival, que aprovechó un error de Iñigo Martínez para adelantarse en el marcador y llevar los nervios a la grada. Pero los leones se repusieron ipso facto.

Las dudas relativas a la compatibilidad de Oihan Sancet e Iker Muniain se borraron de golpe y plumazo. Los que tardaron en asociarse con acierto en un par de acciones y buscar a los dos hermanos Williams a la espalda de voluntariosa pero poco efectiva defensa del Rayo. Esta se conformó con ver volar como aviones a los dos futbolistas internacionales, que vivirán su particular bautismo en los próximos días. El Athletic noqueó al conjunto madrileño en una media hora de ensueño y todo parecía visto para sentencia al descanso.

‘ROCK ‘N’ ROLL’

Prometió el presidente Jon Uriarte rock ‘n’ roll en el juego del equipo en campaña. Y pareció que esa efervescencia, el desenfreno al que invita el citado estilo musical, no podría ser tal con una figura como la de Valverde. Pero por lo visto, sí es posible. Y cuando el Athletic es capaz de imprimirle velocidad a su juego resulta casi imparable, más aún si a los dos Williams les da por ofrecer su mejor versión de manera conjunta. Y como lo hicieron, el conjunto rojiblanco amanece hoy tercero en la clasificación. Palabras mayores.

Eso sí, el alumno, Iraola, quiso dar un último golpe sobre la mesa. Apostó a caballo ganador dando entrada a Radamel Falcao, al que se le caen los goles cada vez que se enfrenta al Athletic, y el delantero colombiano no le falló a su entrenador. Mejor plantado en la segunda mitad, más asentado en campo del Athletic, el Rayo a punto estuvo de darle un susto al conjunto rojiblanco. Pero la reacción de Iraola respondió Valverde, ya saben aquello de que el zorro sabe más por viejo que por zorro, dando entrada a un tercer central y el partido se acabó. El maestro es mucho maestro.