54 días nublados, 10 lluviosos y 17 variables, con temperaturas más frescas de lo habitual. El mal tiempo redujo el pasado verano la asistencia a las playas y, con ese descenso, también las veces en las que tuvo que ondear la bandera ámbar en los arenales del territorio, que alertaba de que el aforo estaba a punto de completarse. Concretamente a menos de la mitad, de las 300 ocasiones del año pasado a las 140 de este. También se reflejó en una drástica reducción de los cierres de playas, que pasaron de 20 a 14, principalmente en playas pequeñas y coincidiendo con la pleamar, sobre todo Aritzatxu.
La diputada foral de Sostenibilidad y Medio Natural, Amaia Antxustegi, ha realizado este viernes un balance de la temporada de playas en Bizkaia, en el que ha destacado el alto grado de satisfacción de los usuarios respecto a la gestión de estos espacios naturales, que se sitúa en un 7,73 sobre 10. "La calificación se mantiene en los últimos años en un notable, lo que indica que los estándares de calidad se mantienen muy altos. No es fácil que un servicio público obtenga esta calificación ni que, décima arriba, décima abajo, se mantenga en el tiempo", ha subrayado la responsable de la Diputación.
Amaia Antxustegi realiza la valoración de la temporada de playas de Bizkaia. Vídeo: Diputación Foral de Bizkaia
Si por algo se ha calificado la temporada de playas este verano es por la inestable meteorología que ha acompañado los meses estivales y que ha tenido su reflejo en la asistencia a los arenales: casi 400.000 personas menos han acudido a ellos de junio a septiembre, con un descenso del 13% respecto al año pasado, que además fue más corta.
No solo se ha reducido la cantidad de personas que han ido a la playa, sino que, las que lo han hecho, lo han hecho mayoritariamente de forma esporádica y no frecuentemente como ocurría otros años.
Ello provocó que la bandera ámbar ondeara menos de la mitad de las veces –140 frente a las 300 del año pasado– y que solo hubiera que cerrar playas por estar el aforo completo en 14 ocasiones, cuando en 2020 la gran afluencia obligó a no permitir la entrada de más personas una veintena de días. Fueron los días 13, 14 y 15 de julio; 5, 9, 10, 11, 18 y 24 de agosto, y el 6 de septiembre; el hecho de que las pleamares tampoco coincidieran con las horas en las que más personas van a la playa también ha contribuido a que se pudieran mantener las distancias.
SEGURAS FRENTE AL COVID
En un verano que ha vuelto a estar marcado por la pandemia del coronavirus y las restricciones para controlar su propagación, los usuarios de las playas han percibido estas como espacios seguros: nueve de cada diez se han sentido a salvo en estos espacios, tanto en la arena como en el agua.
Según ha destacado la diputada, el servicio mejor valorado por los usuarios sigue siendo el de la seguridad (con un 8,9 sobre 10, la calificación más alta en los últimos años), especialmente en el baño; el trabajo que realizan los socorristas recibe una nota de 9,88. "Quienes acuden a los arenales los conciben como espacios seguros, rozamos la excelencia en este aspecto y es otro exponente más de que nuestro sistema de gestión funciona y cumple las expectativas de las personas que van a la playa", se ha felicitado Antxustegi.
Asimismo, ha mejorado la calificación de los equipamientos y servicios de los arenales (7,64) y también la limpieza obtiene un notable (7,74).
TRES FALLECIDOS
La menor asistencia también se ha reflejado en menos actuaciones por parte de los socorristas, un total de 3.905 frente a las 5.099 del año pasado, incluyendo, lamentablemente, tres fallecidos –uno en julio y dos en agosto– sin que ninguno de ellos, ha especificado la diputada, haya sido por ahogamiento.
Antxustegi ha apuntado además a la utilización del vehículo privado como uno de los aspectos a mejorar de cara al próximo año: es el medio de transporte que utiliza más de la mitad de los usuarios para ir a la playa. "Pese a que la propia Diputación refuerza las líneas que prestan servicio en los arenales y algunos municipios disponen también de autobuses urbanos, es un ámbito en el que existe margen de mejora. Y no solo respecto al uso del transporte público, sino también respecto a acudir a pie o en bici a la playa", ha finalizado Antxustegi.