Desde que empezó a invadir las aguas del embalse de Ullibarri y del Ebro, este dañino molusco bivalvo no cesa su expansión. Al acabar 2022, el mejillón cebra ya está presente en el arroyo Undabe, aguas arriba de Urrunaga, en el embalse de Urrunaga y en el cauce del río Santa Engracia, aguas abajo del embalse.
También en el eje del Zadorra, aguas arriba del embalse de Ullibarri hasta la localidad de Audikana y en el afluente Barrundia hasta aguas abajo de Ozaeta, en el embalse de Ullibarri y por debajo de éste hasta Abetxuko, en Vitoria. Y a lo largo de todo el recorrido del río Ebro que linda con Álava.
Detectar nuevas poblaciones
Así concluye el último seguimiento hecho por la agencia vasca del agua URA a esta especie invasora y dañina que lleva años asentada en las aguas del territorio. El objetivo es detectar de forma temprana nuevas poblaciones de mejillón cebra y conocer la evolución de la especie allá donde ya se ha establecido. Para ello se llevan a cabo muestreos de larvas de mejillón cebra y de poblaciones de ejemplares adultos.
La última campaña de larvas se realizó entre junio y septiembre del pasado año en 75 estaciones vascas, 25 de ellas en Álava. Concluido el seguimiento, se han encontrado larvas de mejillón cebra en seis estaciones de muestreo, dos de ellas situadas en la cuenca del Zadorra, una en Maturana, aunque ya se sabía de la presencia de la especie en forma adulta en este tramo, y la otra es la estación del Zadorra en Arroiabe.
En cambio, no se ha detectado presencia larvaria en estaciones que otros años sí han tenido, como el cauce del río Santa Engracia aguas abajo del embalse de Urrunaga, ni en el Zadorra en Trespuentes.
Por su parte, los encargados de indagar la presencia de mejillón cebra en aguas alavesas dejan claro que, ante la evidencia de que la especie está totalmente asentada en el pantano, estas zonas han ido excluyéndose de la red de seguimiento larvario.
Más ejemplares adultos
En cuanto al seguimiento de los ejemplares adultos, destaca el informe que no se ha observado mejillón cebra en ningún tramo nuevo, ni se han encontrado indicios de su presencia en nueve tramos en los que sí se recogió algún ejemplar el año anterior.
No obstante, este aparente descenso del área ocupada por el mejillón cebra no debe ser considerado como tal, ya que puede responder, bien a que no se ha detectado en puntos de la red fluvial con presencia testimonial en otras ocasiones, bien a que se ha visto un solo ejemplar en una única campaña. Igualmente puede ser consecuencia de la contaminación orgánica.
En el extremo opuesto, subraya el texto casos en los que la población de mejillón cebra ha aumentado, todos relacionados con la existencia de masas de agua embalsada en las inmediaciones. Ha ocurrido en el tramo final del río Barrundia, “donde el alcance del nivel del agua embalsada por la presa de Ullibarri podría ser la causa del incremento registrado”, mientras que en el tramo del río Santa Engracia inmediatamente posterior a la presa de Urrunaga, “el considerable aumento de esta población invasora, muy probablemente haya sido por la llegada de larvas desde el cercano embalse”.
Recomendaciones
La detección temprana es básica en la lucha contra las especies exóticas invasoras, de ahí la importancia de los muestreos en las zonas susceptibles de sufrir la colonización de este molusco bivalvo, con el fin de dar la voz de alarma lo antes posible y evitar su expansión como consecuencia de actividades náuticas de recreo, pesca, trasvases, estudios científicos, etc.
Cabe señalar que, hasta la fecha, la detección de larvas de mejillón cebra de manera esporádica no garantiza en todos los casos el asentamiento de poblaciones adultas ya que, a veces, se encuentran larvas en algunas campañas, pero no presencia de colonias de adultos, caso del cauce del río Ega en Campezo. En otras ocasiones, en cambio, sólo ha sido cuestión de tiempo verificar el asentamiento de la especie, como en el embalse Gorostiza, en Bizkaia. Y hay casos en los que la presencia de adultos ha sido casi inmediata o simultánea a la detección de larvas, como en los embalses de Aixola y Urkulu, en Gipuzkoa.
Por eso, concluye el informe que es recomendable mantener los muestreos de larvas y de adultos de mejillón cebra. En los lugares donde se han detectado larvas de la especie conviene buscar ejemplares adultos que ratifiquen el arraigo del molusco invasor.
Y donde se ha detectado la presencia de ejemplares adultos más recientemente y todavía es escasa, caso del Zadorra y Santa Engracia, “tenemos la oportunidad histórica de documentar la evolución que siga la invasión”, aconsejan los encargados de realizar el seguimiento de esta especie invasora, la unión temporal de empresas Anbiotek-Ekolur.