Era la primera vez que organizaban este concurso y, por lo tanto, la primera vez que nombraban al mejor agricultor productor de maíz del país, galardón que recayó en el peraltés Guillermo Asín, de 36 años. A la cita, organizada por Pioneer, cuenta, “decidí presentarme porque era una forma de motivarme y de tratar de mejorar en mi trabajo”. Técnico agrícola y agricultor de vocación, explica, “disfruto en el campo, para mí es una forma de vida”.
En el campeonato (el que hace referencia a la producción de 2021) había dos zonas diferenciadas; el valle del Ebro y la zona de Castilla. “Seleccionabas una buena parcela y después ellos pesaban, medían y veían el rendimiento que tenías por hectárea. El que más de producía, ganaba”. De hecho, en 2019 calcularon que se sacaban unos 11.500 kilos de maíz por hectárea y él, para imponerse, logró 21.479 kilos. “Me gusta investigar, no estar estancado y mejorar, y eso es algo muy importante en el trabajo”.
Por cada hectárea de maíz seco que produjo, cuenta, le dieron un saco de semillas; Guillermo logró 22 sacos, que da para unas 6 robadas, y cada saco cuesta unos 180 euros. Además, la empresa les invitó a Sevilla para conocer sus instalaciones y visitar la ciudad.
De acuerdo con Asín la zona de Peralta es buena para el maíz, “se lleva poniendo muchísimos años, no es algo nuevo como en otros sitios, pero ahora sí que se ve que ha subido la producción, sobre todo con el cambio del riego”.
El proceso
El maíz grano se siembra desde abril hasta finales de junio y se recoge en octubre y las semanas posteriores (de hecho ahora están en plena campaña). “Para lograr una producción de alto rendimiento lo más importante es realizar un estudio del suelo y estar asesorado por técnicos, casas de semillas, etc. Después hay que preparar el terreno para que emerja el maíz y se abona todo de forma óptima. Lo siguiente que hay que tener en cuenta es que el riego sea el correcto (ahora al ser por aspersión se controla mucho mejor), y hay que tener cuidado con la maleza. Por último hay que controlar las plagas que, aunque no hay muchas, la que más daño hace es la araña roja”.
Precisamente las altas temperaturas de este verano, insiste, “no han ayudado, y se notará. No va a ser un año catastrófico pero tampoco de récord”, comenta Guillermo.
El maíz se recoge con cosechadoras de cereal que lo desgrana y el resto se queda en el campo, se pica y vuelve a la tierra como abono. Cuando se recoge, eso sí, el grano tiene un 20% de humedad y lo tienen que bajar hasta un 14% para que no fermente; se deja en secaderos para después amontonarlo. “A la tierra, además, se le intenta sacar el mayor provecho y se suelen hacer dos cosechas al año. Después del maíz, por ejemplo, hay quienes ponen cebada, guisantes o maíz dulce, que tiene un ciclo más corto, de en torno a 90 días, y es una alternativa”.
Antes de recolectar, desvela este agricultor, ellos ya tienen un contrato firmado con la agroindustria, que es a donde va todo el maíz. “Aquí tenemos una buena tierra para producir. Son extensiones muy grandes para que sea rentable porque si no llevas mucho terreno no lo es”.
Estable y rentable
Las hectáreas de maíz no varían en demasía de un año para otro. “Es uno de los cultivos más predominantes en el regadío. De hecho, diría que en número de hectáreas es el mayor, y va todo a la agroindustria. Es un producto que no tiene ese valor añadido que puede tener un espárrago o un pimiento. El maíz es un cultivo rentable y estable, que es algo muy importante para los agricultores”.
Aunque cree que a veces tanto ellos como los ganaderos están mal vistos, “en cuestiones que tienen que ver con el medio ambiente somos los primeros que lo cuidamos porque vivimos de ello; todos o casi todos lo intentamos hacer lo mejor posible y, además, el tema de los fitosanitarios está muy controlado y restringido. El campo es un trabajo sacrificado pero, en mi caso, por ejemplo, me encantaría que mis hijos me siguieran. Ahora está todo mucho más mecanizado y las nuevas tecnologías facilitan mucho las cosas; no se vive mal. Es cierto que, si partes de cero, hay que hacer grandes inversiones, y también creo que tiene que ser algo vocacional, que te guste, porque son muchas horas y a veces es ingrato, pero como en otros trabajos, supongo”.
Para terminar, este peraltés, amante del campo, desvela que tiene un blog en Instagram, @agro_blog86, en el que habla de cosas relacionadas con la agricultura para aquellos que quieran informarse o saber más acerca de múltiples cuestiones.