Hace más de 700 años que se celebró la primera edición del mercado de Tolosa. Desde entonces han pasado muchos años, muchas personas y muchas vivencias, pero el mercado sigue manteniendo en el Zerkausia la esencia que lo hace tan atractivo. En épocas de gran afluencia de visitantes como es el verano se convierte en uno de los mayores reclamos de Tolosa. La visita guiada de los sábados es cita obligatoria para muchos visitantes.
La oficina de turismo de Tolosa, situada en la plaza Zaharra, muy cerca del Zerkausia, es todos los sábado de verano (11.30 horas) el punto de encuentro de los turistas que no quieren quedarse sin conocer uno de los mercados más tradicionales e icónicos de Euskal Herria. Además del mercado del Zerkausia, también recorren el de flores y plantas de la plaza Verdura, y el de la plaza Euskal Herria.
La azoka de Tolosa cuenta, ni más ni menos, con casi ocho siglos de historia. Desde que en 1256 Alfonso X El Sabio entregara a Tolosa el documento popular, los baserritarras y campesinos de la zona se han reunido semanalmente para vender sus productos. El mercado tolosarra ha disfrutado de varios privilegios a lo largo de su historia. En 1322 el rey Alfonso XI le autorizó a vender los productos en la Alhóndiga, permitiendo la compra de todos los productos en el interior de la muralla. 100 años después, en 1422, el rey Juan II designó Tolosa como el único paso entre Navarra y Gipuzkoa. Esta denominación reforzó el mercado de Tolosa y sus precios se convirtieron en precios oficiales. Cabe destacar, además, que hasta el siglo XIX, el mercado se celebraba los martes, jueves y sábados.
Actualmente no se entiende el mercado de Tolosa sin el Tinglado, el recinto donde se celebra desde hace más de dos siglos. El primer Tinglado se construyó en 1785 con pilotes sobre el río Oria, y entre 1803 y 1805 se le añadió la galería que lo cubre. Zerkausi es una palabra producida por la adición de zerka + hautsi, que se construyó en el lugar de la antigua zerka que hasta entonces se ubicaba allí. De hecho, aún se observan restos de la antigua cerca a través de fragmentos de cristal situados en el suelo. En 1897, con la demolición del antiguo Tinglado y la colocación de columnas de hierro sobre el río Oria, se construyó uno nuevo con el diseño del arquitecto municipal Juan Alejandro Mujika. Fuen en 1927 cuando se realizó la primera renovación al Tinglado, a cargo del arquitecto Guillermo Eizaguirre. Se amplió y se le añadieron las torres tan características y se reformó la fachada.
Las últimas reformas llegaron en 1996 y 2006. Entre las mejoras que se incorporaron están el sistema de calefacción, los ascensores, la terraza superior, los ventanales de cristal y el nuevo embarcadero. Además, se mejoró mucho el acceso al Zerkausia con la colocación de escaleras a lo largo de toda la calle Solana.