El Alavés ha sido un asiduo en los fichajes que se realizan durante el mercado invernal y en las últimas temporadas ha tratado de reforzar aquellas posiciones que se han visto más afectadas por un escaso rendimiento. No obstante, esta necesidad de mejorar el equipo una vez iniciado el curso contrasta con las pocas opciones que facilita un mercado en el que los jugadores que salen a la palestra a menudo son aquellos de los que sus equipos de origen se quieren desprender.
El Alavés se ve obligado ahora a acertar de pleno en este mercado de invierno, algo que no ha sucedido en las últimas temporadas cuando sus apuestas en este mes de enero no han conseguido elevar el nivel del equipo ni, he aquí lo peor, tener un cierto protagonismo.
El club del Paseo de Cervantes ha acometido hasta ocho incorporaciones en los últimos tres mercados invernales pero, desafortunadamente, estos tardíos fichajes no lograron causar el impacto esperado en Vitoria. Sin ir más lejos, el pasado curso el Alavés acordó las cesiones de Facundo Pellistri e Iñigo Córdoba, futbolistas jóvenes que necesitaban un rodaje en la máxima categoría. No obstante, mientras que el primero aterrizó con buen pie en el difícil contexto gasteiztarra, el del Athletic apenas disputó siete partidos antes de lesionarse de gravedad, por lo que se podría decir que aquella ventana de traspasos no fue un éxito.
Por otro lado, en la temporada 2019-20 tres futbolistas recalaron en el Glorioso en el mes de enero. Camarasa, Ismael Gutiérrez y Roberto fueron los encargados de aumentar el abanico de posibilidades para el cuadro babazorro. No en vano, a pesar de que Ismael pasase completamente inadvertido en su periplo en la capital alavesa, Camarasa sí que aportó un plus al centro del campo y Roberto cuajó grandes actuaciones cuando Pacheco no estuvo disponible entre los tres palos.
En el ejercicio 2018-19, cuando el Alavés llegó al mercado invernal en posiciones europeas, la escuadra vitoriana vivió una ventana de traspasos fatídica. Dos fijos en los planes del Pitu Abelardo como Ibai Gómez y Rubén Sobrino salieron del Glorioso al Athletic y Valencia, respectivamente. La dirección deportiva trató de contrarrestar estas pérdidas con las llegadas de Alex Blanco, Inui y Rolán, pero ninguno de estos tres estuvo a la altura de los dos futbolistas que emigraron del club albiazul.
Es evidente que a pesar de que la firme voluntad del Alavés sea la de reforzar el equipo para certificar el objetivo de la permanencia sin sufrir tanto como en anteriores campañas, el siempre complejo contexto del mercado invernal y las apreturas económicas dificultan la llegada de futbolistas realmente determinantes.