No hubo sorpresa porque ya estaba anunciado. Incluso con aviso amarillo porque siempre conlleva peligro la entrada de una galerna. No en vano, un local playero situado en Gorliz ha sufrido algún daño material debido a las rachas de viento registradas pasadas las cinco de la tarde.
Y es que, tal y como estaba previsto, a media tarde han empezado a caer las temperaturas. Y lo han hecho también, como marcaba el pronóstico, de forma brusca: 6 grados centígrados en diez minutos en Zorrotza (al pasar de 31,8 a 25,8 pocos minutos antes de las cinco de la tarde) y más notable en Mungia al caer 10 grados centígrados en el mismo intervalo de tiempo y hora de la tarde.
Es decir, como ocurre en estos fenómenos meteorológicos, lo suficientemente rápido para que se haya notado en los vestidos, mangas cortas, chancletas y sandalias. Entre 6 y 8 grados centígrados de media, han bajado los termómetros según las primeras estimaciones.
La galernilla, de una intensidad similar a la registrada este pasado sábado, ha dejado chubascos tormentosos en algunos puntos, vientos por encima de los 50 kilómetros por hora y, sobre todo, ha devuelto las nubes a los cielos que durante estas últimas jornadas han lucido un azul impoluto.
El viento ha girado al noroeste pasadas las cuatro y media en Punta Galea. Y lo ha hecho de forma repentina a una velocidad de 64,5 kilómetros por hora según las mediciones de Euskalmet, la Agencia Vasca de Meteorología.
Algo de esa nubosidad quedará para los días venideros. También el calor, que no abandonará tan fácil Bizkaia; al menos en el interior donde el mercurio se mantendrá previsiblemente por encima de los 30 grados centígrados por el efecto de una masa cálida de aire africano. El domingo podría ser el punto de inflexión de este episodio primaveral atípico.