El pelo es una parte importante del físico que marca sin duda la imagen de una persona y que dice mucho de su forma de ser y de cómo se siente. Pelo largo o corto, liso o rizado, de color natural, teñido o con canas sin teñir, con una ligera coloración o con tintes atrevidos... no todas las personas se sienten igual de cómodas con un estilo o con otro.
El mundo de la estética, y el de la peluquería en particular, existe para que nos veamos más guapos y mejor, para conseguir una imagen con la que nos sintamos totalmente identificados y que nos haga sentir a gusto con nosotros mismos.
Canas sí, canas no
Y llegados a este punto, entre las personas que ya tienen una edad, muchas veces surge un debate: canas sí o canas no. La mejor respuesta: lo que cada persona decida. Si uno opta por cubrir sus canas, el teñido puede resultar un trabajo muy tedioso, ya que además de engorroso hay que hacerlo cada poco tiempo porque el pelo no para de crecer.
Frente a él, existe otra opción para disimular las canas que queda muy natural, añade luz y volumen al pelo y, lo que es más importante, requiere un bajo mantenimiento. Se trata de las mechas en espiga, una técnica de coloración del cabello que crea un efecto de iluminación sutil, natural y elegante frente a otros tipos de mechas más marcadas.
Canas camufladas
En este tipo de coloración, también denominado herringbone highlights, las canas se mezclan suavemente con las mechas y con el tono base imitando el aspecto de la espiga de trigo y de ahí su nombre.
Se aplican siguiendo un patrón en zigzag o en forma de V, lo que ayuda a crear un degradado suave que se integra de forma muy armónica con el resto del cabello, reduciendo así el contraste con el pelo canoso.
Las mechas en espiga crean también un efecto de luz y sombra que ayuda a difuminar las canas. Al no tener una línea de demarcación rígida entre el cabello y las canas, estas se integran mejor y se vuelven menos visibles, especialmente en pelos con tonos claros o medios, lo que hace que haya una menor necesidad de hacer retoques.
Además, como no se tiñe todo el cabello de manera uniforme sino que se aplican mechas de diferentes grosores y tonos, las canas se pierden en el juego de colores. Este efecto multidimensional camufla las canas al hacerlas parecer parte del degradado natural del cabello.
Más volumen y textura
La combinación de diferentes tonos y el patrón en zigzag hace que estas mechas ayuden también a dar una apariencia de mayor volumen y a realzar la textura y la profundidad en el cabello, lo que resulta ideal para personas con pelo fino o liso.
Aplicadas alrededor del rostro, pueden suavizar las facciones, añadiendo luz en los lugares adecuados y creando un efecto buena cara.
Esta técnica es muy versátil y adecuada para diferentes tipos de cabellos, longitudes y tonos, desde rubios hasta castaños y oscuros, y se puede personalizar según las preferencias de cada persona.
Además, como solo se tiñen secciones del cabello y no todo el pelo, existe una menor exposición a productos químicos, lo que reduce el riesgo de daño o de sequedad en comparación con un teñido completo.
Si estás buscando dejar crecer tu color natural o hacer la transición a las canas, las mechas en espiga te pueden facilitar este proceso al hacer que el cambio sea más gradual y bastante menos notorio.
En resumen, las mechas en espiga son una opción excelente para quienes buscan un cambio sutil y elegante en su cabello, un estilo de coloración natural que añada dimensión y volumen mientras disimula las canas y protege la salud capilar. Y, por su bajo mantenimiento, además te permitirá espaciar tus visitas a la peluquería, algo que agradecerán tu cabello y tu bolsillo.