Zapatos, zapatillas, botines o deportivas pueden adquirir con el uso y con el paso del tiempo un olor apestoso y muy difícil de quitar. Los pies son la zona del cuerpo en la que más glándulas sudoríparas hay, por lo que el sudor y la humedad hacen de ellos el caldo de cultivo ideal para la proliferación de las bacterias.
Aunque estos microorganismos no son peligrosos, al descomponerse generan unos ácidos orgánicos como el metanotiol, el ácido isovalérico y el ácido propanoico que desprenden un olor muy desagradable y persistente.
Una vez descartadas como posibles causas del mal olor de pies una alimentación deficiente, un trastorno metabólico, una infección por hongos o el consumo de ciertos medicamentos, hay que analizar el material en el que está confeccionado el calzado. Muchas veces son tejidos sintéticos o cueros tratados con productos químicos que retienen el sudor y que son la causa del mal olor.
Remedios caseros
En el mercado hay distintas opciones para acabar con este problema; sin embargo, puedes encontrar una solución rápida y económica sin salir de casa y con productos habituales del hogar. Algunas de ellas son:
1- Bicarbonato de sodio. Tiene propiedades antibacterianas, desinfectantes y desodorizantes. Puedes esparcir el bicarbonato directamente en el interior del zapato o colocarlo dentro de un calcetín y dejarlo actuar durante 24 horas.
2- Polvos de talco. Espárcelos en el interior del zapato, déjalos actuar toda la noche y por la mañana al retirar el exceso de polvos descubrirás que han absorbido la humedad y han eliminado el mal olor.
3- Vinagre pulverizado. Mezcla vinagre blanco y agua a partes iguales e introdúcelo en un pulverizador. Rocía el líquido en el interior de las zapatillas y deja que se sequen.
4- Una pastilla de jabón. Coloca en el interior de los zapatos una pastilla de jabón totalmente seca y déjala actuar toda la noche. El jabón, al ser poroso, absorberá los malos olores y proporcionará al calzado olor a limpio.
5- Sol. Elimina la humedad de tu calzado poniéndolo a secar al sol después de su uso.
6- Usa calcetines. Los calcetines, sobre todo si son de un tejido transpirable como el algodón, absorben el sudor y la humedad y evitan el olor a pies. Lávalos siempre después de cada uso.
7- Higiene en los pies. Cuando te duches, lávate con jabón las plantas de los pies y entre los dedos y después aclárate bien. Sécalos totalmente para que no quede ni una gota de humedad. Al llegar a casa cámbiate de calzado y permanece descalzo siempre que puedas para que los pies respiren.
8- Cambio de plantillas. Con el uso, las plantillas de los zapatos se estropean. Cámbialas con asiduidad y opta por aquellas que ayudan a prevenir el mal olor y la proliferación bacteriana.
9- Piel de cítricos. Coloca en el interior del calzado cáscaras de naranja, limón o mandarina y déjalas actuar durante la noche.
10- Aceites esenciales. Los aceites del árbol de té, de clavo y de madera de cedro son desodorantes naturales con propiedades antifúngicas. Además de combatir las bacterias, dejarán en tu calzado un agradable aroma. Aplica directamente unas gotas en el interior del calzado y deja que se aireen.
Si tu calzado huele mal y estás harto de gastar dinero, prueba con estas soluciones que tienes a tu alcance y entre ellas tal vez puedas encontrar la que te ayude a resolver tu problema.