Araba

El miedo no evita la muerte, evita la vida

Naroa Martínez Suárez aconseja hablar sobre la muerte también con los más pequeños
Varias personas ajenas a la información paseando por la capital alavesa.
Varias personas ajenas a la información paseando por la capital alavesa. / DNA

Es una parte más de la vida. Según explica Naroa Martínez Suárez, maestra y psicopedagoga, especialista en pérdidas, muerte y duelos, es importante normalizar el tema de la muerte, también con los niños.

Con su proyecto Heriotza Haurrekin hace difusión de la pedagogía de la muerte, además de ofrecer charlas y formaciones y distintos cursos sobre cómo hablar sobre la muerte con los más pequeños.

Así, según explica esta psicopedagoga, hablarles de la muerte a los más pequeños no solo no crea traumas, más bien es aconsejable para que entiendan el propio proceso natural de la vida.

Naroa Martínez suárez aconseja hablar sobre la muerte también con los más pequeños.

Naroa Martínez suárez aconseja hablar sobre la muerte también con los más pequeños. Cedida

“Crear un trauma no es tan fácil y si es por hablar con naturalidad sobre la muerte y la vida, no crearemos ninguno. No quiero decir que sirva hablar de cualquier manera, ya que la buena voluntad no es suficiente. Tenemos que poner conciencia en nuestras vivencias y convertir después a las criaturas en protagonistas y basarnos en sus necesidades”, explica.

En este sentido, muchas familias rechazan hablar sobre un tema tabú como es la muerte hasta edades más adultas. Sin embargo, “esperar a cierta edad es una excusa para no enfrentar el tabú”, valora y añade la profesional: “Eso de que no están preparados es mentira, somos los adultos, desde nuestros filtros sociales, quienes no tenemos herramientas para tratar el tema desde la calma. Yo siempre recomiendo hablar de la muerte desde el embarazo, porque como no nos van a llevar la contraria, vamos soltando ataduras y miedos y nos vamos acostumbrando cuanto antes a hablar de temas difíciles con las criaturas”.

¿Pero cómo se toman al otro lado los más pequeños está explicación?

Según la profesional, es importante apostar por capacitar y empoderar a los adultos que les acompañan, sean familiares o educadores. “Pero sí que recuerdo leyendo “La mora” de Anxos Garabana y Óscar Villán, al preguntar quién podría hacerle daño a un humano, en vez de la muerte, citaban a otro humano. Como anécdota: explicando la muerte a un niño 4 años, que lo que se ve en el tanatorio es solo el cuerpo, que la persona ya no está dentro, su preocupación (desde la literalidad que tienen a esa edad) fue, preguntar a ver qué había pasado entonces con la cabeza (como si no fuera parte del cuerpo). Y, en general, si algo me llevo, es con el colorido que reflejan la muerte los más pequeños en sus dibujos. Creo, que es porque lo relacionan con el amor y no con el dolor”, recuerda. 

Anima a la gente a quitar el miedo a hablar de la muerte, primero entre adultos, revisando las mochilas de cada uno, para luego con conciencia a hablarlo con los niños y quitar a todos la idea de que hablar de la muerte la atraiga o cree ningún trauma

Ejemplo

De la teoría a la práctica, cabe destacar que esta profesional habla de este tema también con sus hijos, desde bien pequeños. Según valora, es importante normalizar el tema de la muerte con ellos para que cuando un caso les toque de cerca, sepan lo que está ocurriendo.

Yo hablo de este tema con mis hijos en el día a día. Desde bien pequeños han tenido la muerte cerca (su birraitona, el aitona, el amigo de los aitonas, la gata…) y se ha hablado en base a sus necesidades: leer cuentos, llorar, hacer dibujos…Ahora una persona cercana a la familia está en fase terminal y les he explicado que está tan tan tan enferma que hasta ahora los médicos le han ayudado a vivir más o menos bien, pero que ahora no le pueden quitar los dolores y ella ha pedido que le ayuden a morir. Su respuesta ha sido que les da pena y mandarle un vídeo despidiéndose. En casa, lo que nos gusta es tener presentes a los seres queridos: recordar cómo comía kiwi el birri Jesús, la maquinaria de aitona Javier, cómo tocaba las campanas Jon, lo que le gustaban los lazos a la amuna Kontxi o cómo la birri Cristina iba en silla de ruedas”.

Sobre esta profesional, cabe destacar que cursó Educación Infantil estando ya trabajando en educación y al tener que realizar el Trabajo de Fin de Grado (TFG), decidió decantarse por un tema útil en el aula

Por todo ello, anima a la gente a quitar el miedo a hablar de la muerte, primero entre adultos, revisando las mochilas de cada uno, para luego con conciencia a hablarlo con los niños y quitar a todos la idea de que hablar de la muerte la atraiga o cree ningún trauma.

NAROA MARTÍNEZ

Sobre esta profesional, cabe destacar que cursó Educación Infantil estando ya trabajando en educación y al tener que realizar el Trabajo de Fin de Grado (TFG), decidió decantarse por un tema útil en el aula. Y es que, en pocos años tuvo relación con muchas muertes: tres amigos se mataron en accidente de tráfico, uno en la montaña, otro estuvo a punto de morir… Y eran todos jóvenes. “Tanto esos casos como los de familiares en mi casa se trataban con total naturalidad”.

Naroa Martínez, maestra y psicopedagoga, especialista en pérdidas, muerte y duelos, explica la importancia de hablar sobre la muerte en la infancia.

Naroa Martínez, maestra y psicopedagoga, especialista en pérdidas, muerte y duelos, explica la importancia de hablar sobre la muerte en la infancia. Cedida

“Pero me di cuenta que esa naturalidad nos la transmitía nuestra familia, sobre todo mi madre, que siendo auxiliar de enfermería con experiencia en geriatría y en hemodiálisis, ha convivido mucho con la muerte. Sin embargo, esa naturalidad para hablarla no existía en la sociedad. Realicé el TFG con Txabi Arnal y desde entonces la gente empezó a consultarme ante muertes cercanas. Ahí vi la necesidad de formarme en duelo porque la gente aún acude a mí una vez hay una muerte cercana. Con los años me he formado en duelo en el Instituto IPIR de Alba Payàs y en Pedagogía de la muerte con Mar Cortina. El año pasado cursé el Máster en Prevención del Suicidio en la UPO bajo la dirección del vitoriano Andoni Anseán. Pero no todo es formarme en muerte, también complemento con otros temas como sexualidad, neurodivergencias, pedagogía sistémica… Tengo bastantes inquietudes más allá de la muerte”.

EXPERIENCIA

“Al ser funcionaria de carrera, Educación no me da facilidades para compatibilizar la docencia con la pedagogía de la muerte o el acompañamiento en duelo, con lo que acompaño menos de lo que me gustaría. Aún así, me llegan casos unos resultan más duros unos que otros. Pero, para mantener la profesionalidad, tienes que acompañar desde una distancia emocional, algo así como disociarte cuando estás acompañando, para ser el pilar de los adultos que acompañan a los niños y/o menores implicados. Recuerdo con especial cariño el proceso que hicimos en una pequeña escuela alavesa, en la que han convivido con la muerte, cómo la comunidad se volcó en un proceso de meses para diseñar, entre todos, el protocolo sobre la muerte. También fue duro un acompañamiento que realicé en otra pequeña escuela también con amplia relación con la muerte, tras el fallecimiento traumático de un niño de 4 años”.

Cabe destacar que su experiencia dedicada a la normalización de la muerte le ha llevado a la conclusión de que la muerte tiene un valor formativo significativo e inigualable siempre y cuando este tema se trata con naturalidad, especialmente desde la infancia.

“Los niños y niñas tienen una relación más sana, más natural con la muerte que los adultos. Los adultos, por desgracia, tenemos asimilados los filtros y tabúes de la sociedad. Aprenderíamos mucho de la muerte y de los luto si habláramos menos y les oyéramos más. Juegan a la muerte desde pequeños. Cuando desaparecemos de su vista, para los niños muy pequeños estamos muertos en esos segundos; después juegan a morir alternativamente; experimentan con matar a los bichos; empatizan con los sentimientos de los amigos; saben estar callados unos junto a otros... Conocen la muerte aunque a menudo no le hayan puesto nombre. Por eso, nosotros podemos quedarnos más sorprendidos, incluso doloridos. Se basan en la práctica cotidiana de la vida a partir de su lógica y pueden aportar preguntas o soluciones dolorosas”.

2025-02-02T19:05:08+01:00
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