El Movimiento de Pensionistas de Euskal Herria ha llamado a "llenar las calles" el próximo 15 de enero, cuarto aniversario del inicio de sus movilizaciones, para denunciar la pérdida de poder adquisitivo y las pensiones de miseria que acarrea la última reforma laboral, así como el "colapso" que la sexta ola de la pandemia ha supuesto para los servicios públicos de salud.
En sus habituales concentraciones de los lunes, el colectivo ha trasladado a los asistentes que el movimiento se está afanando en explicar a la gente pensionista y a toda la ciudadanía la importancia de llenar el 15 de enero las calles porque supone "una ocasión única" para que pensionistas, trabajadores, sindicatos, organizaciones sociales y jóvenes, "que sufren de un modo generalizado la precariedad y unos salarios de miseria, nos apoyemos mutuamente en sus respectivas demandas".
El colectivo ha coincido con la "mayoría sindical vasca" en la necesidad de movilizaciones más amplias, unitarias y coordinadas, tanto en las fábricas como en la calle para hacer llegar a Gobiernos y patronales que "no estamos dispuestos a tragar los recortes en pensiones, salarios y otros derechos sociales".
En este sentido, han criticado que, a su entender, la reforma "consolida el deterioro del sistema público de pensiones con el objetivo de reducirlo a un nivel asistencial y favorecer así los sistemas privados de pensiones".
Durante las concentraciones, los representantes que han tomado la palabra han informado del contenido de la reunión que mantuvieron el día 30 de diciembre representantes del movimiento de pensionistas de todos los territoiros vascos para coordinar la preparación de las movilizaciones previstas el 15 de enero, "precisando y concretando recorridos y horarios de las manifestaciones en las capitales y aquellas cabeceras de comarcas que prevean hacerlo para así movilizar a más gente" han trasladado.
DENUNCIAN EL COLAPSO DE LOS SISTEMAS DE SALUD
Tras aludir a las movilizaciones y a la reforma de las pensiones, el Movimiento de Pensionistas ha criticado la situación de "colapso" en la que, desde su punto de vista, se encuentran los sistemas de salud de Euskadi y Navarra, Osakidetza y Osasunbidea, respectivamente.
El colectivo ha defendido "protestar y con fuerza" para que las instituciones de ambas comunidades autónomas pongan "freno" al "colapso" de sus servicios sanitarios públicos por el aumento de contagios en esta sexta ola y adopten de una vez "medidas de inversión económica en medios sanitarios y plantillas".
Desde su punto de vista, esta última ola de la pandemia provocada por la variante Ómicron no ha hecho sino "acentuar problemas que vienen de lejos" tanto en las residencias, la atención primaria o los hospitales. Unos problemas, añaden, que las instituciones pública "no han sido capaces de resolver con eficiencia, debido en gran medida, a la reducción de recursos, humanos y materiales, originados por sus propias políticas".
MÁS PERSONAL CONTRATADO
Los pensionistas vascos han señalado que, en lugar de recuperar a los cerca de 4.000 profesionales sanitarios "de los que se deshizo en octubre, sólo ha vuelto a contratar a menos de 1.000", lo que ha provocado "un colapso en toda la sanidad pública, que mucha gente acuda a hacerse seguros privados o a hacerse test antígenos o PCRs, a clínicas privadas que se está forrando con unos precios escandalosos".
Además, han criticado que "lo último" es establecer un protocolo para que toda la gente "se automedique, autoconfine e incluso haga tareas de rastreo con las personas con quienes tiene contacto", de tal modo que a los centros de Atención Primaria sólo acudan aquellas personas que han dado positivo y formen parte de sectores vulnerables. Este protocolo, han remarcado, "deja especialmente desasistidas a las personas mayores que viven solas".
A su juicio, la situación es "bastante crítica" y pedir a la ciudadanía asuma las medidas de protección y seguridad sanitaria que le corresponden, es "necesario y está bien" pero los principales responsables de tomar "medidas serias y eficaces son Osakidetza y Osasunbidea y los gobiernos de Gasteiz e Iruña".
Los pensionistas vascos creen que "no se puede seguir así" y, por ello, considera necesario "protestar y con fuerza, de un modo abierto, unitario, plural y respetuoso para que las instituciones tomen medidas urgentes para poner freno a esta situación".