Pintor, grabador, escultor, cineasta, instalador, dibujante, pionero en el uso de la tecnología en el arte... Así era José Luis Alexanco (Madrid 1942-2021) en su oficio, calificativos a los que quienes le conocieron bien suman otros: “hombre bueno, alegre, generoso y paciente, gran cocinero, apasionado de la poesía y el flamenco y curioso inagotable”. Ambas facetas, la profesional y la personal, se han dado cita en la presentación de la exposición 39 décimos en el Museo Universidad de Navarra, donde se exhibe por primera vez la obra homónima que el espacio pamplonés le encargó dentro de su proyecto Tender puentes y en la que estaba trabajando cuando falleció, en mayo de 2021.
De este modo, lo que en principio iba a ser una muestra para presentar esa pieza que viene a culminar la serie de Los décimos que el creador inició en 1978, se ha convertido en una exposición que no es antológica, pero sí recorre las claves principales de la obra de un artista al que le interesaba más el proceso que el resultado, la infinita capacidad de transformación de ideas, creación, datos y materia. Un itinerario que abarca obra de 1964 a 2021.
39 décimos es la muestra inaugural de la temporada expositiva 22-23 del MUN. Y su gestación ha sido “muy especial” y diferente, a tenor de lo expresado por Valentín Vallhonrat, uno de los comisarios de la propuesta junto con Rafael Levenfeld. Ambos contactaron con Alexanco para ofrecerles participar en el programa de residencias Tender puentes, que ofrece a los creadores una residencia de investigación para generar obra nueva. En su caso, “al principio nos habló de un nuevo montaje de Percursum”, una gran pieza fílmica y sonora con música de José Luis Tejera Osuna que Alexanco inició en 1968 y que funciona como compendio de su trayectoria y que, en efecto, se proyecta en la exposición finalmente montada.
Sin embargo, dialogando con él, “nos dimos cuenta de que el trabajo de Alexanco está en la esencia misma de este museo, en la colección de María Josefa Huarte”, a juicio de Vallhonrat. No en vano, él fue junto a Luis de Pablo uno de los motores de los Encuentros de Pamplona de 1972, así que “acordamos que vendría a Pamplona para celebrar su 80 cumpleaños con nosotros, así como el aniversario de los Encuentros”, y lo haría con el cuarto y último integrante de Los décimos. La serie de murales de 150x180 cm, con 10 lienzos cada uno –salvo el último, que tiene nueve– se inició en 1978 con Los diez décimos, continuó en 1998 con Los veinte décimos y en 2020 con Los treinta décimos, y Alexanco decía, “con humor”, que acabaría Los cuarenta décimos con 99 años, aunque “le hizo mucha ilusión venir aquí para conmemorar esta fechas con nosotros” y con Los 39 décimos, “que no son 40, pero pesan lo mismo”, dejó escrito de su puño y letra.
¿Cancelamos?
Todo se había dispuesto de esta manera hasta que se produjo la muerte del artista, el 16 de mayo del año pasado. “Estaba aplicando la última capa de pintura a la obra cuando ocurrió”, pero la pieza estaba inacabada y “nos quedamos demolidos”, hasta el punto de que “pensamos en cancelar el proyecto y la muestra”. Sin embargo, como apunta Vallhonrat, “recibimos de inmediato apoyo de su familia”, en particular de su viuda, Nieves González, presente en la inauguración en el MUN, y de “numerosos amigos cercanos” como el galerista Pedro Maisterra, el artista Sergi Aguilar y la matemática Capi Corrales, entre otros. De este modo, “aunque él no está en la sala, está su obra”, reunida mediante “un proyecto curatorial de espíritu coral”. Maisterra organizó una exposición en su galería en la que se apreciaban todas las claves de la obra de Alexanco desde su primer dibujo, de 1964, hasta la última pieza. Y “nos tuvimos que rendir a la evidencia”. “Ahí vimos claro cómo había que comenzar esta muestra y cómo teníamos que colocarnos en un lugar desde donde ayudar al público a tener su propia experiencia”.
En este sentido, el discurso expositivo se aleja del planteamiento cronológico y comienza por el final, por Los 39 décimos, obra inacabada que permite al espectador contemplar el proceso de creación del artista, para “conectarse inmediatamente” con las pinturas individuales que Alexanco creó en 1985 en el encierro-retiro de su estudio de Navalagamella (Madrid); para seguir con Los treinta décimos, Los veinte décimos o Los diez décimos, pero también con las tímidas formas generadas por una computadora, ordenadas e integradas en los lienzos, segmentadas e impresas en papeles de arroz encolados. Piezas que se convertirían en pioneras en su época. Y es que José Luis Alexanco ayudó a montar el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid, en el que posteriormente trabajarían numerosos artistas.
En definitiva, esta muestra abre la puerta a la contemplación de un proceso iniciado en 1964, de manera que el público podrá acercarse a la “sabiduría, el conocimiento y la evolución del lenguaje de Alexanco”. También a “comprender la riqueza de sus recursos a través de la observación, del encuentro con los detalles”, a “tener que movernos para poder ver las piezas en su totalidad”. Por ejemplo, la serie Los décimos, reunida por primera vez en el MUN, “nos obligan a caminar, a acercarnos y a alejarno”. “Nos invitan a pensar, a sentir, a ver, a ser activos y no espectadores pasivos”, sostiene Vallhonrat.
La exposición permanecerá en la sala laCaixa del Museo Universidad de Navarra hasta el 26 de marzo de 2023.