La ministra de Finanzas de Indonesia, Sri Mulyani Indrawati, advirtió ayer de que el mundo se enfrenta a “una triple amenaza” por la guerra de Ucrania, el encarecimiento energético y la inflación global. “Alrededor del 60% de las economías con menos ingresos tienen problemas para pagar sus deudas externas o están a punto de tenerlos”, manifestó Indrawati, durante la reunión de los ministros de Economía y Finanzas y los gobernadores de bancos centrales del grupo de las 20 mayores economías (G20) que se inició ayer en la isla indonesia de Bali, protagonizada por las recriminaciones a Rusia por la guerra de Ucrania y su efecto en la seguridad alimentaria global.
Al respecto, Indrawati recordó que en los últimos años el número de personas que afrontan inseguridad alimentaria ha pasado de 135 millones antes de la pandemia a 276 millones actualmente, mientras que el precio del crudo se ha encarecido un 350% entre abril de 2020 y abril de 2022. Una de las más tajantes durante la jornada fue la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, quien reiteró que Moscú está usando los alimentos como “arma de guerra” en Ucrania, lo que está exacerbando las consecuencias de la pandemia y la crisis climática en la seguridad alimentaria.
Países más pobres
“Los que están siendo afectados más directamente son los hogares más pobres de los países más pobres. Familias que usan una parte desproporcionada de sus ingresos en comida son forzadas a duros dilemas”, señaló Yellen en un debate celebrado en el marco de la reunión. Rusia bloque a la salida de cereales ucranianos en los puertos del mar Negro, un asunto al que se intentó buscar soluciones esta semana en un encuentro entre Rusia, Ucrania, Turquía y la ONU en Estambul. Si bien el titular ruso de Finanzas, Anton Siluanov, participó de manera virtual, al igual que su homólogo ucraniano, Serhiy Marchenko, cuyo país ha sido invitado este año a las reuniones del G20, Rusia sí envió una delegación a Bali, encabezada por el viceministro de Finanzas, Timur Maksimov.
“Los responsables rusos, incluyendo los que participan en esta sesión, deberían reconocer que están contribuyendo a las horribles consecuencias de esta guerra a través de su continuado apoyo al régimen de Putin”, añadió Yellen. El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, también acusó a Rusia de las consecuencias de la guerra de Ucrania en la economía global, en particular el riesgo de una crisis alimentaria. “Que no haya dudas: es debido a la guerra de Rusia que la recuperación de la economía global afronta ahora un importante retraso”, señaló Gentiloni.
Un tono acusatorio que secundó el ministro del Tesoro australiano, Jim Chalmers: “Es la invasión por parte de Rusia lo que ha socavado la seguridad energética y alimentaria y no las sanciones, y por tanto Rusia debe asumir la total responsabilidad por esto”, enfatizó. Las divisiones del grupo dificultarán tomar decisiones en consenso y de “manera rápida”, al tiempo que hizo un llamamiento a que los países no impongan restricciones a las exportaciones de alimentos ni acumulen existencias. La secretaria del Tesoro estadounidense también insistió en la necesidad de acordar un mecanismo para imponer un tope al precio del crudo ruso. –