El Museo de Bellas Artes de Bilbao presenta un retrato de Erik Satie, pintado por Ignacio Zuloaga

El Museo de Bellas Artes de Bilbao ha inaugurado este miércoles en el hall Pedro de Icaza y Aguirre el "Retrato de Erik Satie", una pintura realizada por Ignacio Zuloaga en París entre 1893 y 1894. Con esta adquisición, la pinacoteca bilbaína aumenta su colección de obras del artista guipuzcoano a un total de diez.

La presentación de la obra ha tenido lugar en una rueda de prensa que ha contado con la presencia del alcalde de Bilbao y presidente del Patronato de la Fundación Museo de Bellas Artes, Juan Mari Aburto; del director del museo, Miguel Zugaza; y del coordinador de Conservación e Investigación, Javier Novo. El retrato fue adquirido el año pasado gracias a un legado económico que Begoña Azkue dejó estipulado en su testamento antes de su fallecimiento en 2023.

Durante el evento, se ha destacado que la incorporación de este retrato del compositor francés Erik Satie (1866-1925) completa un periodo de la producción juvenil de Zuloaga, cuya disponibilidad en el mercado es "prácticamente inexistente". El lienzo refleja cómo la pintura de Zuloaga "acusa la influencia de Eugène Carrière" y presenta un "cromatismo restringido y una iluminación en penumbra que le acercan al simbolismo".

En la obra, el busto del joven Satie aparece en un interior indeterminado, con su rostro iluminado de forma sutil y luciendo un estilo bohemio característico de Montmartre, con barba, cabello largo y vestimenta distintiva. Zuloaga creó esta pieza a los 23 años, durante una etapa inicial de su carrera en París, donde se integró en la bohemia artística de la época.

El cuadro, que Zuloaga dedicó a Satie con la inscripción "A mon cher ami Erik Satie", fue conservado por el músico hasta su muerte en 1925. La relación entre ambos artistas fue parte de un círculo en el que también se incluían figuras como la pintora Suzanne Valadon, con quien Satie mantuvo un idilio.

Desde su creación en 1908, el Museo de Bellas Artes de Bilbao ha enriquecido su colección a través de donaciones y legados. Actualmente, más del 60% de sus obras provienen de estas contribuciones. Begoña Azkue, quien mostró un fuerte compromiso con la cultura vasca y el euskera, dejó en su testamento un legado específico para adquirir obras de arte que enriquezcan la colección del museo. La primera obra adquirida con estos fondos fue "El voto en Sainte-Anne d'Auray" de William Bouguereau, a la que ahora se suma el retrato de Satie.