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Cultura

El Museo Guggenheim Bilbao acoge la retrospectiva 'Oskar Kokoschka: Un rebelde de Viena'

La extensa y comprometida obra del pintor austríaco queda expuesta hasta el 3 de septiembre
La obra del 'rebelde' Oskar Kokoschka se encuentra en el Guggenheim
La obra del 'rebelde' Oskar Kokoschka se encuentra en el Guggenheim

El Museo Guggenheim Bilbao cuenta con una interesante exposición hasta el 3 de septiembre. La de la retrospectiva 'Oskar Kokoschka: Un rebelde de Viena', organizada por el centro de arte moderno bilbaíno y los Museos de París, La exposición ofrece una visión completa de la trayectoria del pintor austríaco, convirtiéndose en una oportunidad única para ver de cerca obras centrales, pero poco conocidas en Euskadi, que refieren a los hechos de mayor relevancia acontecidos en Europa durante el siglo XX y que han sido prestadas por prestigiosas instituciones internacionales. 

Esta muestra del artista ya ha podido ser disfrutada por gran parte del público europeo con amplio impacto y reconocimiento en célebres espacios como el Museo de Arte Moderno de París, uno de los coorganizadores, y llega ahora a la capital vizcaína para ofrecer un repaso extenso y profundo de las principales épocas artísticas de una de las figuras centrales de las artes plásticas europeas del siglo anterior.

El carácter transfronterizo casi nómada, de la biografía de Kokoschka (1886-1980) tiene una enorme importancia en su evolución pictórica. Los trazos radicalmente innovadores de sus inicios a finales de la década de 1900 causaron un enorme revuelo en la escena artística vienesa y le valieron la consideración de artista rebelde. Tras su participación en la I Guerra Mundial -resultó gravemente herido en el frente en 1915- y su larga estancia en Dresden, el polifacético artista centroeuropeo comenzó a viajar por todo el continente, así como el norte de África y Oriente Próximo, lo que le llevó a extender sus técnicas y expresiones de retratista a la pintura de paisaje, y también a realizar los que él mismo definió como 'retratos de animales'.

Desde la resistencia

En la década de los 30, Kokoschka convirtió su arte en una herramienta para la resistencia con una férrea defensa de la libertad moral, social y artística en combate contra el nazismo en auge. Sus pinturas se tornaron alegóricas, siendo una de las primeras la litografía '¡Ayuda a los niños vascos!' contra la Guerra Civil española.

Kokoschka tuvo que huir de Austria tras ver cómo el régimen confiscaba más de 400 de sus obras y se estableció en Praga y Londres, desde donde su compromiso político y social se intensificó. En esta etapa de exilio fue una de las primeras figuras públicas en apoyar un proyecto común para Europa, promoviendo la unidad de los pueblos y apelando a la conciencia humana. Además, anticipó algunos de los peligros de la segunda mitad del pasado siglo, como las crisis económicas y la amenaza nuclear. Tras la II Guerra Mundial se trasladó a Suiza, donde continuó produciendo obras de gran madurez e influencia para los nuevos movimientos pictóricos hasta su muerte en 1980.

Éxito prematuro

Oskar Kokoschka contó con un éxito prematuro en la escena artística de Viena, donde contó con el respaldo de Gustav Klimt, ejerció influencia sobre Egon Schiele cuando éste era joven y alcanzó la fama internacional al final de su carrera tras las dos guerras mundiales.

A finales de la II Guerra Mundial, Kokoschka ya reivindicaba una Europa unida, dejando su sello con su obra tardía en la Neue Wilde, esto es, la nueva pintura en Austria y Alemania. Y, aunque se dedicó a múltiples actividades, desde el teatro hasta el activismo político, pasando por la escritura, el hilo conductor de toda su vida fue el arte. En este ámbito, no dejó de reinventarse y produjo un corpus artístico revolucionario como activista político, adalid del arte figurativo y pintor de almas.

2023-03-20T12:34:25+01:00
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