MIEMBROS de las fundaciones Bilbao y Nueva York, así como del comité asesor de la Peggy Guggenheim de Venecia, se reunirán hoy lunes para hacer el balance de los primeros 25 años de andadura del museo bilbaino y de sus perspectivas de futuro. Veinticinco años de éxito, de oportunidades, que han convertido al Guggenheim Bilbao en una referencia internacional cultural y de desarrollo económico.
Cuando en diciembre de 1991 el Gobierno vasco, la Diputación Foral de Bizkaia y la Fundación Solomon R. Guggenheim de Nueva York firmaron el acuerdo de Servicios de Desarrollo y Programación para lo que hoy es el Guggenheim Bilbao, muchas voces clamaron al cielo pensando que se estaba tirando el dinero a manos llenas. El 18 de octubre de 1997 se inauguraba el museo, diseñado por Frank Gehry, y al día siguiente, a las once de la mañana, el museo abría sus puertas al público. La imagen dio la vuelta al mundo avanzando ya lo que iba a suponer el museo para Euskadi.
El coste de su construcción fue de 132 millones de euros. Solo en el primer año de funcionamiento tuvo un efecto sobre el Producto Interior Bruto vasco de 144 millones de euros. No existen inversiones, que no sean especulativas, que en menos de un año recuperen el capital invertido. Su éxito económico –al margen de su contribución cultural– no tiene apenas parangón. Consiguió regenerar un Bilbao que salió exhausto de la crisis de los 80 y hoy es una ciudad transfigurada y atractiva, destino de turistas y amantes del arte.
Como un titán de titanio, se ha convertido ya en parte de nuestro entorno, de nuestra cultura, en un paradigma del museo del siglo XXI. El museo ha situado a la metrópolis entre las grandes ciudades de la cultura y del arte del mundo.
Presente y futuro
Como fecha también destacable en la historia de este cuarto de siglo del museo, está la de diciembre de 2014 cuando la Fundación del Guggenheim Bilbao renovó su acuerdo de colaboración con la de Nueva York por otros 20 años más. El nuevo convenio fijó una vinculación más equilibrada e igualitaria entre ambos socios, en la que Bilbao ganó autonomía.