Con casi un mes de adelanto sobre lo que suele ser habitual, la ya tradicional exposición de belenes del mundo que ofrece cada año el Taller-Museo Santxotena de Artziniega vuelve a abrir sus puertas al público hoy. Esta antelación viene motivada por la celebración del 750 aniversario de la Villa. “El miércoles se cumplieron siete siglos y medio desde que el rey Alfonso X El Sabio otorgó la carta puebla a nuestro municipio, llevando desde entonces el título de villa. Todo el pueblo está involucrado en esta conmemoración y nosotros no queríamos ser menos”, explicaron sus propietarios, Teresa Lafragua y Xabier Santxotena, durante la visita a puerta cerrada que ofrecieron a las diputadas de Empleo, Comercio y Turismo, Cristina González Calvar, y de Cultura y Deporte, Ana del Val Sancho; así como al director de Fomento del Empleo, Comercio y Turismo en Álava, Felipe García Miravalles, y al alcalde del lugar, Joseba Vivanco Retes, “para agradecerles su apoyo y patrocinio a esta exposición que, sin su ayuda, no sería posible”.
De hecho, el belén estrella de esta XXIV edición –que se desdoblará, ya que “nos han ofrecido la oportunidad de exponer en el faro de Finisterre, aunque aún no sabemos las fechas”, adelantó Lafragua– es un relieve en barro que representa La Natividad del retablo gótico-flamenco del santuario local de La Encina. Es obra de la maestra alfarera Vicenta Hernández. “Lo ha hecho en base a una fotografía tomada con un dron, que me regaló por mi cumpleaños el sacerdote local, Benjamín Respaldiza, y que también he colocado en la exposición para que el público compare y aprecie detalles, tales como que San José porta una vela, que el Niño Jesús no tiene las piernas cruzadas o que aparecen unas ovejas”, apunta la comisaria de la muestra.
Desde el románico
Esta también ha situado debajo otras piezas, homenaje a Artziniega, y ya conocidas de pasadas ediciones, que representan al señor de Ayala, junto a la beata bajo el árbol de La Encina, también presentes en el preciosista retablo del santuario local, reconvertidos en San José portando al Niño Jesús y la Virgen María. Un conjunto todo él con el que se encontrará el visitante, nada mas entrar al museo, en el ala izquierda de la planta baja que, esta edición, está dedicada a un recorrido histórico por belenes tradicionales con piezas que son auténticas joyas de coleccionista.
“Hay desde copias de frescos del románico oscense, pasando por la técnica Manises del siglo XV o el socarrat valenciano, hasta napolitanos de cerámica o de madera policromada de Manila, cuyas figuras llevan pestañas auténticas”, señaló Lafragua, poseedora de una colección cercana a los 2.600 belenes de los cinco continentes.
Con todo, en la muestra de este año solo ha instalado 1.903, de los que 70 son novedades llegadas desde Alemania, Portugal, Francia o Noruega y, por supuesto, de toda España. “Las circunstancias de los dos últimos años han hecho que nos hayamos movido por el territorio nacional en busca de nuevas piezas. De hecho, nuestra presencia en Galicia ha surgido de la visita anual a la feria de alfarería de Oleiros”, explicaron, argumentando el motivo por el que muchos de los montajes belenísticos gallegos vayan a estar este año de visita en su lugar de procedencia, en vez de en Artziniega.
Sección infantil
La que no han sacrificado es la sección infantil. “Siempre nos ha gustado hacer talleres para que los niños y niñas entren en contacto con el arte, así que hemos incluido un pupitre en el que encontrarán dos belenes, uno para pintar y otro en recortables, que se podrán llevar a casa”, matizaron, quienes llevan con orgullo tener la colección de belenes más diferenciadora a nivel nacional, y una de las más importantes de Europa, no solo por el importante número tanto de montajes como de piezas que exponen, sino porque con ellos trabajan la etnografía y la antropología de pueblos de los cinco continentes, a la vez que fomentan la obra de artesanos alfareros típica de cada comunidad mediante el encargo de trabajos exclusivos que pueden apreciarse en todas sus secciones.
“Esto no es solo una exposición de belenes, sino una muestra de arte, antropología y etnografía de pueblos de todo el mundo, puesto que a través de ellos a través de ellos se da a conocer el patrimonio cultural material e inmaterial de la región o país en los que están realizados, su identidad colectiva, su indumentaria tradicional, costumbres, oficios, arquitecturas y paisajes, haciendo que sea única en su planteamiento expositivo”, subrayan. Y es que tras 24 años de experiencia, en el Taller-Museo Santxotena se han dado cuenta de lo mucho que choca al visitante encontrar, sobre todo, belenes abstractos, muy alejados del concepto habitual de las figuras tradicionales, como es el caso de un enorme belén de forja, realizado por una artesana de Toledo, cuyas figuras hacen un guiño al cuadro Las Meninas de Velázquez, por poner un ejemplo.
Crítica social
La crítica social tampoco es ajena a esta muestra y de ello dan fe los muchos belenes que adquieren a ONG y a asociaciones de discapacitados o de mujeres maltratadas, ya que “con la venta de estas piezas financian su labor”. En esta edición tampoco faltan las habituales secciones regionales (Euskadi, Valencia, Segovia, Andalucía, Cantabria, Galicia, Mallorca, Canarias, Asturias, Aragón, La Rioja, Valladolid, Cataluña, Ávila, Soria, Huesca, Madrid, Salamanca, Castilla la Mancha,…), con espaldas pintadas a mano por la propia Lafragua, y que engloban piezas tan curiosas como un Don Quijote convertido en San José, los Reyes Magos embutidos en capirotes de las procesiones de Sevilla, o un Niño Jesús metido en un kaiku, en cuya comitiva aparecen desde una sardinera y un arrantzale, hasta un pelotari o un ezpatadantzari.
La sección de países tampoco se queda atrás. Los hay de Rusia, África, Polinesia, Filipinas, Portugal, Guatemala, Perú, México, Colombia, Ecuador o Caribe, entre un largo etcétera; así como los impactantes Provenzal y Napolitano “que este año ha crecido con ángeles nuevos, de ellos, uno negro espectacular y muy raro de ver”, destacó Santxotena.
Tampoco faltan los armarios vitrina con cientos de belenes en miniatura en cáscaras de pistacho, nueces o avellanas; ni otro largo etcétera de curiosidades como las piezas que, cada año, regala al museo el escultor Esteban Querexeta de Oñati.
Para visitarlos la muestra estará abierta hasta enero, los sábados de 11.00 a 14.00 horas y de 16.30 a 19.30 horas; así como los domingos y festivos, en horario matinal.