Una única pieza al fondo. Se atisba un rostro de mujer. El pasillo a recorrer es largo y va pasando de la oscuridad a la luz. “Es como cuando entras en una iglesia, que tienes que acercarte para ver el retablo porque desde el fondo casi solo lo intuyes”. A cada paso, la percepción de la obra va cambiando. Es lo primero que de Jutta Koether ve el espectador cuando entra en Artium y, sin embargo, es la última creación de la artista alemana, una producción llevada a cabo en exclusiva para Vitoria.
A partir de aquí, el visitante entra en Black Place, en la primera exposición individual que la reconocida autora lleva a cabo en España. La muestra se presenta como una mirada a la trayectoria de Koether a lo largo de los últimos 35 años, un acercamiento a una carrera marcada por la pintura y la mirada feminista de la historia del arte. Aquí es el negro el hilo conductor, ese color, como ella misma describe, “que forma parte del punk rock, que habla de la cultura underground, que tiene tanta relación con la pintura abstracta”.
Eso sí, no solo se juega con distintas tonalidades, también con otros colores aunque a simple vista en algunos casos sean imperceptibles. Todo ello en obras de muy diferentes tamaños, en las que la pintura también se une en ocasiones con la escritura, por ejemplo. “Al principio, mi trabajo consistía en articular la relación entre la pintura y todo lo que me rodeaba y era yo; después, la evolución me ha llevado a centrarme en la relación de la pintura y otras prácticas artísticas”.
El título de la exposición deriva de una serie de paisajes que la pintora estadounidense Georgia O’Keefe realizó en los años 40 del siglo pasado en un lugar en las inmediaciones de Aztec, Nuevo México, que ella denominó Black Place, una oscura formación montañosa en el desierto americano. Bajo este paraguas, la muestra reúne obras en formatos y con materialidades diversas; desde grandes lienzos en los que la artista se reapropia de obras de artistas como Botticelli o Rubens para interrogarlas desde una perspectiva feminista, hasta piezas de mediano y pequeño formato en diferentes soportes en las que Koether a menudo aplica otros materiales, desbordando los límites de la pintura tradicional, influenciada por el DIY y el punk.
“Aunque la historia de la pintura siempre ha estado presente como sujeto en la práctica de Koether, las estrategias de apropiación han ido variando, así como la forma en la que el texto se introduce en sus trabajos. Desde sus primeras obras es clara su atención a distintas manifestaciones de la cultura popular, así como a otras cuestiones ligadas a la historia y a la lógica propia con la que construye la pintura”, apuntan desde Artium.
Así lo podrán comprobar quienes acudan al museo hasta el 16 de abril de 2023, fecha en la que la exposición, comisariada por Beatriz Herráez y Catalina Lozano, se despedirá de la capital alavesa.