El torero toledano ha encontrado su ansiado hueco en la Feria del Toro, que era uno de sus grandes deseos desde que tomara la alternativa en 2016.
Álvaro ¿destacando tanto en sus inicios, no es raro que no haya toreado ni de novillero ni como torero en Pamplona?
–De novillero creo que ni siquiera hubo contactos. Y, luego, ya con la alternativa, siempre me ha dado rabia que, cuando salían los carteles de San Fermín, yo no estaba.
Llegó con fuerza al escalafón superior, pero al tiempo las cosas no fueron tan fáciles como se auguraba.
–Cuando llegas te vas dando cuenta de que entre las expectativas y la realidad hay bastantes diferencias. Además, te encuentras que el nivel de los mejores, de las figuras, es muy alto. Tienes que mostrar una gran regularidad y que no te ganen la partida. Te vas dando cuenta que es muy difícil controlar la responsabilidad de estar siempre bien. A todo eso hay que añadirle que ha habido menos festejos en los últimos años y ya la pandemia terminó por empeorar todo.
Pero este pasado San Isidro, esa faena ante el toro de El Parralejo le ha vuelto a dar sitio ¿Es así?
–La verdad que me he preparado este invierno mucho y me siento más maduro, controlando mucho mejor esa responsabilidad. Controlo de otra manera. Noto que he evolucionado tanto técnica como mentalmente. Interiorizo mejor las cosas y salgo a la plaza queriendo ser yo mismo, sin ideas de fuera o preconcebidas.
¡De qué color se va a vestir?
–Tengo dudas entre un sangre de toro y un blanco y plata, el de mi alternativa.
¿Cómo fueron sus inicios?
De muy pequeño siempre estaba jugando con mis primos un capote y una muleta, aunque ningún familiar tenía relación profesional con los toros. A los 6 años tuve mi primer contacto con una becerra. pero tenía mucho miedo. Pero volvió la afición y a los 12 me apunté en la escuela de Toledo donde taba Gregorio Lalanda. gané el debut con caballos en un certamen Soy novillero de Castilla-La Mancha TV y hasta ahora.
¿Qué plan de viaje y estancia tiene para su paso por San Fermín?
–Quiero ir a la corrida del día 7, aunque no sé si voy a tener entrada. Dormir y levantarme a ver el encierro, pero tampoco sé desde dónde.
¿Correr el encierro, no?
No. Tengo mucho miedo y, además, no puedo poner en riesgo que me pase algo.
Por navarras
La virtud más importante de un torero. La afición. La constancia, pero, sobre todo, la afición.
La mayor preocupación. El miedo al fracaso.
Al salir de la corrida, traje limpio o manchado. Prefiero manchado.
Sus toreros preferidos. Manzanares padre, Morante y ‘El Juli’.
Un nombre de mujer. Monste es el que más me dice y gusta.
La virtud de Montse. Todas, es mi madre.
¿Cuántos son de familia? Somos tres hermanos, yo el mayor. Mi hermano ha toreado algo. Y mi hermana es la pequeña. Son fieles seguidores y van a todas las plazas donde toreo.
Club de fútbol. Real Madrid, Blanco, muy blanco.
¿Qué remontada le gustó más en la Champions? La del PSG
Personaje. Rafa Nadal
Para comer. Tortilla de patata, con cebolla. La mejor es la que hacen en el hostal de Espejón, un pueblo de Soria. Y la que hace mi amigo Javier.
Se pone música para torear de salón. Algunas veces. No tengo nada especialmente preferido, aunque disfruto bastante cuando me pongo a Vicente Amigo.
Dicen que es muy guapo ¿se siente guapo? No, la verdad, pero me alegro que lo digan.
Se cuida en el vestir. Lo intento, aunque mi estilo es más clásico que otra cosa. Corbata solo para las ocasiones importantes que lo requieren.
Supersticiones. Más bien manías. Cuando voy del hotel a la plaza en la furgoneta voy todo el recorrido de pie.
Cómo se ve de jubilado. Me imagino que con familia e hijos en el campo, pero de ganadero no me veo porque es una coso muy difícil.
A los antitaurinos. No me gusta entrar en polémicas; soy tranquilo y que me gusta la paz. Les preguntaría si conocen de la vida del toro bravo. El 90% no saben nada y para debatir sobre un tema hay que conocerlo bien.