El Leclerc de Urruña, en Lapurdi, amanece convertido en un avispero de conductores que aguardan turno para llenar el depósito. Pudiera parecer la espera previa a la operación salida de vacaciones, pero el motivo es mucho más prosaico. Incluso hay quienes acuden al surtidor directamente con garrafas y bidones, como Nicolas Aellion. “Comparamos precios casi a diario, esto de venir a la gasolinera se está convirtiendo en algo así como ir al mercado”, dice este vecino de Ziburu de 39 años.
Como tantos otros conductores, se ha acercado a la estación de servicio seducido por el nuevo descuento que aplica Francia desde este mes, de 30 céntimos por litro, y que se mantendrá en vigor hasta octubre. Tiene una clara lectura ver a Aellion con sus garrafas en Urruña, cuando antes acudía a Irun: una vez aplicados los descuentos del gobierno francés, comienzan a equipararse los precios a ambos lados de la muga.
“Ahora mismo, la gasolina en Hondarribia está más cara, aunque es una situación que cambia todos los días”, asegura el conductor, que llena los bidones del combustible necesario para la embarcación con la que trabaja profesionalmente. En este mismo surtidor el precio del gasoil el sábado era de dos euros. “Mira lo que marca ahora”, apunta con su dedo a un panel en el que se puede leer: Gazole 1,749.
Cambio de planes: subsidios para mitigar los altos precios
En realidad, el Gobierno francés había previsto un calendario para ir eliminando de forma progresiva la bonificación de hasta 18 céntimos en vigor hasta ahora y que fue aprobada al inicio de la escalada de los precios provocada como consecuencia de la invasión rusa y la guerra desencadenada. Sin embargo, el debate parlamentario en la Asamblea Nacional ha rechazado esa fórmula. Y curiosamente ha optado por todo lo contrario. Es decir, alargar y ampliar los subsidios para mitigar el alto precio de la gasolina y el diésel en Francia.
De ahí el nuevo escenario que se han encontrado a la vuelta de las vacaciones tantos automovilistas en Iparralde, que aprovechan para repostar sin miramientos, a sabiendas de que la bonificación de 30 centímetros por litro de combustible concluye el mes que viene.
A este lado de la muga, el Gobierno mantiene el descuento de 20 céntimos por litro que aplica desde abril hasta final de año. Y lo hace a pesar de las críticas por haberse diluido su efecto debido a la escalada del precio de los carburantes. “Antes solía ser suficiente con 50 euros para toda la semana y ahora gastamos el doble”, dice Maitena Burga.
“ "La diferencia de precios entre Iparralde y Gipuzkoa era importante antes del covid, de unos 30 o 40 céntimos menos en Irun, pero poco a poco se va igualando" Nicolas Aellion - Vecino de Ziburu ”
La joven, de 22 años, acaba de hacer un alto en el camino en la estación de servicio Bidasoil, en Behobia. Acompaña a su madre en el reparto con la furgoenta, como empleadas del grupo MRW. El descuento de 20 céntimos por litro de combustible no ha evitado que llenar el depósito durante la segunda operación salida del verano costara entre 16 y 23 euros más que hace un año, dependiendo de si se utiliza gasolina o gasóleo, en el mes de agosto más caro de la historia.
La joven repartidora Maitena Burga, de 22 años, repostando en la estación de servicio Bidasoil, en Behobia.
El precio de los carburantes siempre había sido más elevado en Iparralde, y la nueva situación parece frenar estos días el ansia de cientos de franceses, que tradicionalmente han cruzado a este lado de la muga para repostar el tanque de su vehículo, comprar alcohol y tabaco. “Hasta antes del covid, la diferencia de precios entre Iparralde y Gipuzkoa era importante, de unos 30 o 40 céntimos menos en Irun, pero poco a poco se va igualando”, indica Aellion, que actualmente gasta entre 100 y 180 euros en llenar el depósito de su furgoneta, con capacidad para 80 litros.
A pesar de la sensible rebaja, los conductores habituales en la comarca del Bidasoa no perciben por el momento grandes diferencias, e incluso aseguran que sigue mereciendo la pena repostar en Gipuzkoa. “Es que es más barato aquí”, dice un vecino de Las Landas, que acaba de pagar 46,26 euros en la estación de servicio de Puntxas, en Behobia.
Panel de precios: en Gipuzkoa no figura el descuento
El conductor tira de calculadora. Señala que es conveniente tener en cuenta que el panel de precios de las gasolineras guipuzcoanas no recoge el descuento de 20 céntimos impulsado por el Gobierno central, que se aplica al pagar el repostaje. “Por eso puede parecer que es más caro en Gipuzkoa, cuando en realidad hoy por hoy no es así”, recalca.
Este mismo lunes la gasolina 95 en el surtidor de Urruña estaba a 1,549 (con el descuento ya aplicado). Así, el gasto por cincuenta litros se sitúa en 77,45 euros. A simple vista, incide el vecino de Las Landas, mirando el panel, parece más barato que en Irun, donde esta mañana el litro de gasolina estaba a 1,739. Sin embargo, una vez aplicado el descuento, el gasto se sitúa en los 69,56 euros, es decir, casi ocho euros más barato a este lado del Bidasoa.
“ "Estuve trabajando durante meses en Ustaritz, todos los días ida y vuelta desde Tolosa, dos horas y media de carretera. Buena parte de los 1.500 euros se iban en peajes y gasolina. La de la ETT me solía preguntar: ¿pero ya te sale a cuenta?" Xabier Amundarain - Vecino de Tolosa ”
Xabier Amundarain acaba de pagar 70 euros y no ha llenado el depósito de su furgoneta. Cuando lo hace -90 litros- el desembolso no es menor a 120 euros. “He venido a Hendaia a buscar trabajo”, explica este vecino de Tolosa. “Estuve trabajando durante meses en Ustaritz. Todos los días ida y vuelta, dos horas y media de carretera. Buena parte de los 1.500 euros se iban en peajes y gasolina y la de la ETT me solía preguntar: ¿pero ya te sale a cuenta?”. El tolosarra apura el café en la estación de servicio de Zaisa, en Irun, y se marcha a buscar suerte con el trabajo.
Xabier Amundarain, conductor de Tolosa que busca trabajo en
Decenas de camiones van y vienen en esta área que sobrepasa los 400.000 metros cuadrados, y que alberga a más de 140 empresas del sector. Carlos Vasconcelos, de 61 años, lleva dos décadas al volante del camión. “Gasto un depósito cada semana y media, es decir 2.000 euros para llenar los 1.200 litros que consumo en el trayecto Bélgica, Holanda Alemania y vuelta”. Aunque el precio del combustible se haya reducido en el país galo, este transportista portugués se muestra convencido de que “todavía sale mucho más a cuenta repostar en Gipuzkoa”.