Más de 2.000 personas han muerto y más de 9.500 han resultado heridas por los ataques que Israel ha lanzado contra diferentes puntos del Líbano en casi un año, aunque la inmensa mayoría de las víctimas se han producido en alrededor de dos semanas tras el inicio de la campaña masiva de bombardeos israelíes.
De acuerdo con un informe de la Presidencia del Consejo de Ministros publicado este viernes, el número de víctimas aumentó después de que Israel lanzara un total de 153 ataques contra diferentes puntos del Líbano, principalmente en el sur, el este y los suburbios sur de Beirut conocidos como el Dahye.
A su vez, la violencia ha forzado a más de 1,2 millones de personas a abandonar sus hogares. La mayoría de ellas han acudido a casas de familiares, pisos de alquiler, hoteles o han salido del país, mientras que 172.100 desplazados se encuentran en los 931 albergues habilitados por el Gobierno libanés.
Sin embargo, el 76,4 % de estas escuelas, institutos y pabellones públicos reconvertidos en centros de acogida improvisados están "completamente llenos", principalmente en la capital, Beirut, y en el Monte Líbano.
Por otra parte, el informe asegura que los bombardeos israelíes siguen concentrándose en el sur del Líbano, específicamente en los distritos de Tiro, Marjayún y Bint Jbeil, unas zonas que el Ejército de Israel ha ordenado evacuar para realizar intensos ataques aéreos, previsiblemente en preparación para avanzar por tierra.
Las fuerzas israelíes iniciaron la madrugada del martes unas operaciones terrestres "limitadas" en el sur del Líbano, aunque el grupo chií libanés Hizbulá asegura que está conteniendo esa ofensiva que, hasta el momento, se está desarrollando en las aldeas más cercanas a la divisoria común.