Triunfa en redes sociales, con más de un millón de seguidores entre TiKTok e Instagram, y cada vez que salta al escenario promete buenas risas. Saltó a la fama retratando a los millennials del Estado, y ahora vuelve a las tablas con su show Check, que se acercará en enero, el día 10, a Vitoria, al teatro del Colegio Niño Jesús de la capital alavesa.
Uno de los primeros lugares en los que le vimos fue en redes sociales, donde llegó a representar a buena parte del Estado con las costumbres y tradiciones de los millennials. ¿Qué le llevó a ponerse frente a las cámaras y retratarnos de esa forma?
-Bueno, la verdad es que vi un poquillo una oportunidad. Soy un animal de costumbres, y dije: “Bua, pues debe de haber algo que hagamos todos”. Además, el momento en el que se me ocurrió estábamos en plena pandemia, decían que había mucha crispación, que estábamos divididos..., y dije: “Tiene que haber algo que una a las dos Españas”. Da igual que seas de derechas o de izquierdas, que un bote de laca Nelly lo hemos tenido todos en casa de nuestra abuela. Entonces, ese tipo de cosas me hizo tirar para adelante.
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¿Alguna vez le han dicho por mayoría aplastante que algo que usted hacía nadie más lo hace?
-Por mayoría aplastante no. Mira, por ejemplo hace poco subí un vídeo de cosas típicas que todos tenemos en casa, y hay una cosa que es un despertador que tiene forma de gallina o gallo, y hay mucha gente que me ha dicho que ese no. Mayoría aplastante tampoco, pero sí que hay gente a veces que me dice: “Esto no”. Bueno, al final se trata de tirar de mayorías y no siempre se puede llegar al cien por cien. Hay veces que se llega a un 50-60%. Con que una de cada dos personas que hayan visto el vídeo tengan ese gallo yo ya me conformo, porque en lo demás no he fallado.
Una clave de sus vídeos es también precisamente apelar a la nostalgia. Los millennials no lo hemos tenido fácil (crisis, pandemias...). A veces nos queda reír o llorar, pero usted nos invita a reírnos.
-Claro. Nos llaman la generación de cristal. Siempre nos dicen que somos muy llorones, y con sacar el chiste o la broma de todo eso yo ya me conformo.
“ Nos llaman la generación de cristal. Siempre nos dicen que somos muy llorones ”
Y todo esto con ese check al final de cada uno de sus vídeos. ¿De dónde nace esa muletilla?
-La verdad es que, como el fuego, fue un invento totalmente fortuito (risas). Yo después de un vídeo que hice sobre cosas típicas madrileñas vi que había un trend en TikTok que todo el mundo hacía sobre su comunidad autónoma; por ejemplo, “Canarias check”. Entonces, yo hice un “Madrid check”, pero lo hice al final. Como buen millennial boomer, hice un trend de TikTok mal, y a la gente le hizo gracia. En el siguiente vídeo alguien me empezó a comentar que por qué no hacía check al final y yo dije: “Un momento, igual tengo yo aquí mi marca de identidad y mi firma”. Empecé a decirlo y me ha traído suerte.
¿Cuál es la marca de identidad o la firma de un millennial? ¿Qué no puede faltarle?
-Te diría que una cosa que nos define muy bien es la ropa del 2000. Por ejemplo, ¿qué chico no ha llevado una camiseta de cuello de pico? ¿Y qué chica no ha llevado unos leggings pirata debajo de una falda? Yo creo que ese es un buen check (risas).
En la otra cara de la moneda, ¿hay alguna línea roja que un millennial no pueda traspasar?
-Fíjate que creo que sí hemos avanzado en una cosa bastante positiva en nuestra generación, y es en cuanto a respeto a minorías, respeto a las demás personas. Para mí una red flag sería hacer humor machista, xenófobo u homófobo. En eso yo creo que los millennials sí que nos hemos puesto más serios.
Lo que está claro es que se ha hecho un buen hueco en escenarios y redes. Más de 600.000 seguidores en Instagram, casi un millón en TikTok... ¿Cómo se llega a esto?
-Si te digo la verdad no lo sé. Yo era trabajador social y un día llegué a la oficina y llegó la jefa y dijeron: “Van a hacer una cosa que se llama Estado de Alarma y van a mandarnos a todos a casa”. Y yo dije: “Pues me voy a poner a hacer vídeos de forma regular”. Lo siguiente que recuerdo es empezar a ganar seguidores de manera increíble. No lo sé. Hay un trabajo detrás. Hasta ese momento de la pandemia estuve haciendo vídeos de Facebook que no los veía ni mi madre, porque mi madre ya se hizo TikTok para verme, y fue una pequeña bolita de nieve que se hizo más grande. No hay un secreto, no lo sé.
¿Qué va a hacer cuando llegue al millón?
-Pues mira, lo llevo rondando como un año, porque ahora estoy creciendo muchísimo más en Instagram. Entonces, como lo llevo rondando un año, al final me estoy obsesionando. Es como cuando te obsesionas con algo y no le coges asco, pero ya no te hace ilusión. De momento no lo sé, de momento nada.
Ya en sus primeros vídeos hacía monólogos, lo que ahora entendemos como stand up comedy. ¿Cuándo descubrió que esto era lo suyo?
-Llevo desde 2014 haciendo monólogos. Justo ahora hago diez años. Me apunté a un curso de dos meses de hacer monólogos, y una de las clases era una muestra final con público en un bar. Hice diez minutos de texto, y la primera vez que me subí a un escenario y vi a la gente reírse sentí una cosa por dentro que no había sentido prácticamente en ninguna otra profesión. Y dije: “Esto es lo mío y de aquí no me voy a mover”.
Ahora podemos disfrutar de Check. ¿Nos puede adelantar algo del espectáculo?
-Vídeos inéditos, interacción con el público... También cómo ha cambiado mi vida de ser trabajador social a ser creador de contenido, y también de que me estoy haciendo mayor. Todo eso, unido con un check al final.
Pasa por Madrid, Villarreal, Burgos... En enero recala en Vitoria. No es su primera vez además en Euskadi.
-No. De hecho, estuve en Bilbao en el Campos Elíseos en junio, y en Vitoria actué en una cosilla privada. Estuve además en el FesTVal estrenando un programa de atresmedia y me gusta mucho la ciudad. Me gusta todo el País Vasco, pero con Vitoria tengo yo un idilio. Yo creo que va a ir genial.
¿Cómo le recibe el público cuando se acerca por aquí?
-Yo creo que ya hemos superado los tópicos de gente abierta o cerrada, y tal. Yo en todas las ciudades me he encontrado gente abierta, y gente que viene con ganas de pasarlo bien. Te podría decir que el tópico es que los andaluces son más abiertos que los vascos, pero actuando en Andalucía y en País Vasco yo no he tenido esa sensación. Siempre me reciben con los brazos abiertos.
“ Yo creo que ya hemos superado los tópicos de gente abierta o cerrada ”
Desterrado también el tópico de que los millennials somos una “generación de cristal”, ¿qué futuro le augura al humor?
-(Risas). Yo creo que el humor es cíclico y va dando vueltas. Ahora por ejemplo está muy de moda en la comedia en directo hablar con el público. Hace diez años era bastante novedoso. Hoy por hoy todo el mundo lo hace. Entonces, ¿qué futuro? No lo sé. Yo creo que va cambiando y vamos mejorando.
Personal
Conocido en redes sociales bajo el nombre de @alvarocasaress, en la actualidad cosecha más de 600.000 seguidores en Instagram, y roza el millón en TikTok, donde se ha hecho famoso con sus vídeos check, donde hace recopilaciones de elementos que caracterizan a los millennials, y hace humor de todo tipo.
No triunfa solo en redes, sin embargo. Y es que vuelve a subirse a las tablas para presentar su show Check, con el que promete ofrecernos un buen rato y que recalará en enero en Vitoria, en el teatro del Colegio Niño Jesús