Rafael Grossi, director de la agencia atómica de la ONU, se ha reunido hoy en Viena con el jefe del programa nuclear iraní, Mohamad Eslamí, para retomar los contactos con el fin de aclarar posibles actividades no declaradas por el país asiático.
"Se ha retomado el diálogo con Irán para aclarar las cuestiones de salvaguardias pendientes", señaló en la red social Twitter el director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Grossi acompañó varias fotos de su reunión con Eslamí, jefe de la Agencia de Energía Atómica de Irán (AEAI).
Con "cuestiones pendientes", el diplomático argentino se refiere a los restos de uranio de origen artificial detectados en tres instalaciones que Irán nunca declaró como parte de su programa atómico, lo que podría significar que realizó actividades secretas.
El OIEA lleva desde 2018 tratando de que Irán dé explicaciones convincentes sobre el origen de esos restos de material radiactivo.
Durante su intervención ayer ante la Conferencia General del OIEA, que se celebra hasta el viernes en Viena, Eslamí acusó a Israel de estar tras la aparición de esas trazas e insistió que todas las dudas sobre posibles actividades ocultas de Irán fueron ya solventadas en 2015.
"No hay materiales o actividades no declaradas en Irán. Todas las acusaciones se basan simplemente en informaciones falsas e inventadas proporcionadas por el régimen israelí", afirmó Eslamí.
Solventar las dudas sobre posibles actividades secretas nucleares en Irán es uno de los temas que bloquea la reactivación del acuerdo nuclear de 2015, por el que Teherán se avino a reducir su programa nuclear a cambio de un progresivo levantamiento de sanciones.
El acuerdo se agrietó cuando en 2018 el entonces presidente de EEUU, Donald Trump, lo abandonó y aumento la presión contra Irán.
Al año siguiente, Teherán dejó de cumplir los límites de su programa atómico y lo aceleró hasta el punto de que esta cerca de disponer de combustible nuclear apto para ser usado en un arma atómica.