Vida y estilo

El olvidado y desconocido Reino de Viguera

Hace más de mil años existió un reino, el de Viguera, situado en el corazón mismo de La Rioja. Creado, según parece, por el rey García Sánchez I de Pamplona para su hijo Ramiro, este minúsculo territorio, con capital en la localidad del mismo nombre, estu
Iglesia parroquial de la Asunción de Castañares de las Cuevas, en La Rioja.

En la actualidad, hay un debate sobre si realmente fue un reino, ya que a menudo en la corona pamplonesa se referían a los infantes como reyes. También, es cierto que existen documentos de la época, muy pocos, que se refieren a los gobernantes de Viguera como reyes. Por otro lado, quizá pudo haber sido una tenencia, ya que era costumbre repartir territorios a los hijos varones, aunque estuviesen subordinados a la primacía del mayor.

En el año 923, Sancho Garcés I de Pamplona, en colaboración con Ordoño II de León, reconquista a los musulmanes Nájera y amplias zonas de La Rioja. Estas nuevas tierras se las entrega a su hijo García Sánchez, todavía un niño, con la denominación de Reino de Nájera.

Interior del castillo de Castañares, conocido como ‘Cuevas de los moros’. Carlos Resa

Tras la destrucción de Pamplona por Abderramán III en el año 924, y la muerte de Sancho Garcés al año siguiente, García Sánchez se convierte en rey de Pamplona. No tardó mucho en trasladar su corte al Alcázar real de Nájera, antigua fortificación musulmana. Es a partir de ese momento que los dos reinos pasan a ser solo uno con la denominación de Reino de Nájera-Pamplona.

García Sánchez contrae un primer matrimonio con Andregoto Galíndez, hija del conde de Aragón. La aragonesa fue repudiada por su marido antes del año 943 y se retira a sus tierras de Aibar (Navarra) donde fallece después del año 971. De este primer matrimonio nació Sancho Garcés, futuro rey de Nájera-Pamplona y conde de Aragón. El monarca najerino-pamplonés se casa por segunda vez, antes del año 943, con Teresa, posiblemente hija del rey Ramiro II de León, naciendo de este matrimonio Ramiro, el que será primer rey de Viguera. En el año 970 muere García Sánchez. El lugar de su sepultura no está claro. Algunas crónicas dicen que se encuentra enterrado junto a su padre, quizá en el pórtico de la iglesia de San Esteban de Resa, en Andosilla (Navarra).

Exterior del castillo.

Antes de fallecer, cede el pueblo de Viguera a Ramiro. No está claro el motivo de esta entrega. Bien pudo ser para reforzar una zona expuesta a las constantes acometidas musulmanas o bien por las presiones de su esposa que quería a toda costa que su vástago fuera el elegido para gobernar el reino de Nájera-Pamplona. Quizá, la solución de compromiso que encontró García Sánchez fue otorgarle este pequeño reino. Al subir al trono najerino-pamplonés, Sancho Garcés II mantiene a su medio hermano pequeño como rey de Viguera, aunque subordinado a él. Un documento fechado en el año 974 expresa con claridad el título regio de Ramiro: “Regnante principe nostro Sancio in Pampilona, et subillius imperio fratereius Ranimiro in Vekaria et in Leza” (Reinando nuestro príncipe Sancho en Pamplona y, bajo su imperio, su hermano Ramiro en Viguera y en Leza). Y hasta otros cuatro manuscritos más de los años 972-974 repiten este tratamiento hacia el personaje.

Aquellos años eran complicados para los monarcas y lo debieron ser más para un nuevo rey como Sancho Garcés, que debía afirmar su poder en tiempos de guerra de frontera en los que las acometidas musulmanas eran constantes. Para mantenerlos a raya, resultaba clave el control de los puntos estratégicos del territorio. Y Viguera era uno de ellos. A Sancho Garcés no le quedó más remedio que mantener ahí a su medio hermano para intentar controlar entre ambos esa zona crucial. Era una necesidad. Sin el control de Viguera, el de Nájera, sede del reino, era imposible.

Qué ver en Viguera

Viguera, con un población actual de algo más de 400 habitantes, se halla situada en la comarca riojana de Los Cameros y dista de la capital, Logroño, 22 kilómetros. En su término municipal se encuentran también integradas las aldeas de Panzares y Castañares de las Cuevas. En sus alrededores se pueden visitar parajes desconocidos como El barranco de los infiernos, una ruta entre rocas, o Peña Puerta, la pared más alta de toda la comunidad autónoma. 

En cuanto a tesoros artísticos se refiere, Viguera cuenta con dos iglesias, la de la Asunción y la de la Asunción de Castañares, cuatro ermitas, tres puentes romanos y una vía romana. De las dos iglesias, la de mayores proporciones es la de Viguera. 

Levantada a comienzos del siglo XVI, es un edificio construido con mampostería, sillería y sillarejo. Consta de una nave dividida en tres tramos. Su cabecera es ochavada en cinco paños, cubierta con bóveda de lunetos. La nave tiene arcos apuntados que sostienen bóvedas de crucería de terceletes. El pórtico que da acceso al interior, era una antigua capilla en la que se abrió un arco de medio punto durante las reformas llevadas a cabo entre los años 1964 y 1967. Tiene una torre rematada en chapitel octogonal, de ladrillo. La de Castañares, también del siglo XVI, está construida en mampostería y sillarejo. Consta de una nave de dos tramos y cabecera rectangular. También, alberga un coro alto de madera. 

De las cuatro ermitas, la más antigua es la de San Esteban. Situada en una de las oquedades que se abren en las peñas, esta desconocida joya medieval data de comienzos del siglo X. Se trata, por tanto, de una construcción prerrománica, realizada por los cristianos tras la reconquista de estas tierras a los musulmanes. 

Con unas dimensiones diminutas, tiene planta rectangular con continuidad del presbiterio con el ábside semicircular. Su aspecto exterior es de gran humildad, dada la utilización de mampostería como material de construcción, pero al mismo tiempo provoca sorpresa ya que no posee la habitual cubierta de tejas, pudiéndose ver el trasdós de las bóvedas. 

Su interior posee unos frescos románicos arcaizantes del siglo XII, que por desgracia el tiempo y el vandalismo no han permitido su buena conservación y son apenas perceptibles. Entre las imágenes, figuran un rey y una reina, que algunos identifican con Ramiro Garcés y su esposa. 

Ramiro Garcés, nacido entre los años 947 y 953, además de ser el primer rey de Viguera y de Leza de Río Leza, era también señor de Sos y de diversos dominios patrimoniales en Navardún (Zaragoza), Apardués (Navarra) y otros lugares. No se conoce con exactitud el nombre de su esposa, pero se sospecha que pudo haber sido una noble llamada Sancha Sánchez. El matrimonio tuvo al menos tres hijos llamados Sancho, García y Toda. Su reinado, que duró del año 970 al año 981, debió resultar muy convulso, pues se vio envuelto en varios lances bélicos. El primero fue la batalla de Estercuel (Navarra), en el año 975, contra Abderramán ibn Yahyá. Este derrotó a su ejercito y lo persiguió de forma implacable en su huida por las Bardenas, diezmándolo. Ramiro Garcés, salvó la vida en esta ocasión. En el año 981, el rey de Viguera estaba inmerso en las luchas intestinas por el poder musulmán que enfrentaron a Almanzor con su suegro, el general Gálib. Los najerino-pamploneses y castellanos dieron apoyo a este último en la batalla de Torrevicente (Soria) y en la que el caudillo cordobés acabó obteniendo la victoria. Gálib, ya octogenario, fue encontrado muerto durante la batalla, probablemente por una caída de su caballo. Cuando corrió la voz, tanto sus tropas musulmanas como los aliados cristianos huyeron en desbandada y las huestes de Almanzor se lanzaron a la caza. En esta escapada desesperada es cuando habría encontrado la muerte Ramiro Garcés. Posiblemente fuera enterrado en el monasterio de Leire (Navarra).

Tras la muerte de Ramiro Garcés, le sucede en el trono su hijo primogénito Sancho Ramírez, que también queda subordinado a la corona najerino-pamplonesa. Este monarca, aparece por primera vez en un pergamino del año 991 donando la villa de Navardún (Zaragoza) al monasterio de Leire en memoria de su padre. Su matrimonio es confuso. Se le adjudican dos hijos llamados Lope y Fortún. Ya como rey de Viguera aparece en otros documentos de donaciones. Sobre el año 1000, fallece García Sánchez II de Pamplona, apodado el Temblón por padecer una enfermedad nerviosa. Hasta la mayoría de edad del nuevo rey, en el año 1004, y según los últimos hallazgos documentales, pudo haber ejercido como regente del reino de Nájera-Pamplona. Después de ese año ya no vuelve a aparecer en ningún registro, luego es posible que falleciera sobre esas fechas. Su lugar de enterramiento es desconocido.

Fresco de Ramiro Garcés, en la ermita de San Esteban.

García Ramírez, hermano del anterior, fue el tercer y último rey de Viguera. No está claro si estuvo durante un tiempo gobernando junto a su hermano, en una especie de diarquía, o tomó el control de Viguera tras la muerte de este. Estuvo casado con Toda, de filiación desconocida, con la que tuvo dos hijas llamadas Toda y Fronilde. La primera se sabe que contrajo matrimonio con Fortún Sánchez, hermano de leche, compañero de infancia y hombre de confianza de Sancho Garcés III de Pamplona, y después de su hijo y sucesor García Sánchez III, con quién falleció en la batalla de Atapuerca (Burgos), en el año 1054. De Fronilde Garcés, poco se sabe. García Ramírez tuvo otra hija nacida de un concubinato, la cual y según su media hermana Fronilde, mantuvo relaciones incestuosas con otro hijo natural de su padre y quizá de la misma madre. El tercer y último rey de Viguera murió antes del año 1030. Se desconoce dónde se encuentra sepultado. Tras su muerte, ya no hay rastro de los reyes de este pequeño reino. La causa aparente es la falta de descendencia, aunque se desconocen los motivos de fondo.

CASTAÑARES DE LAS CUEVAS

El castillo de Castañares de las Cuevas, también conocido como Cuevas de los moros, se encuentra situado en una de las múltiples oquedades existentes en los riscos que rodean a Castañares. La subida a pie desde el pueblo son unos veinte minutos.

En la actualidad, el recinto se encuentra en estado ruinoso. En los años 30 del siglo pasado, sufrió varios derrumbes importantes que sepultaron varios túneles y estancias que existían en su interior. Aún así, merece la pena verlo, aunque solo sea por ver la peculiaridad de estar adosado bajo las rocas.

Aunque no hay datos concretos sobre su origen, probablemente su construcción comenzó en el siglo XII, ya que uno de sus ventanales tiene elementos característicos del románico. El conjunto defensivo está formado por dos recintos de diferentes dimensiones. El más grande de los dos tiene unas dimensiones de 22 x15 metros, un muro que impide su acceso desde el exterior y una torre en su lado este.

El segundo recinto tiene unas dimensiones de 10 x11 metros, aspecto de torre y está unido al anterior por un corredor de 13 metros. Teniendo en cuenta la distribución de los ventanales, el recinto debió albergar tres pisos. La planta baja estaba escasamente iluminada. En el caso de la torre, esta se obtenía mediante una aspillera con abocinamiento en esviaje hacia el interior. La estancia más amplia carecía de ventanales y la iluminación únicamente provenía de la puerta de entrada al recinto flanqueada por un arco de medio punto.

La segunda planta de esta estancia contaba con cuatro aspilleras abocinadas al interior, en el caso de la torre esta planta se iluminaba a través de un amplio ventanal con arquillos de medio punto y dos saeteras. Debido a que el interior se encuentra totalmente diáfano, resulta muy difícil hacerse una idea de la distribución interior del castillo. Los muros están construidos en mampostería con ripios y sillería en los esquinazos. Para la misma se utilizó piedra caliza porosa y cantos de río partidos. En la parte interior, se aprecia la utilización de yeso para fortalecer la mampostería. La planta del edificio es irregular y se acomoda al trazado de la cueva. n

12/03/2023