Vida y estilo

“El orden y la limpieza hay que tomárselos con humor”

Es Begoña Pérez en el DNI y ‘La Ordenatriz’ en redes sociales y para sus clientes. acaba de publicar ‘Orden, limpieza y felicidad’, un manual que ayuda a tener cada cosa en su sitio para que sea más fácil limpiar y encontrar una mayor comodidad en casa.
‘La Ordenatriz’ es una especie de Marie Kondo local.

No es, según dice, ni una obsesa ni una maniática del orden y la limpieza. Le gusta la organización y la ha conseguido hasta cierto punto en su casa, lo que no es fácil teniendo en cuenta que tiene siete hijos, aunque reconoce que comparte tareas con ellos y con su marido. En el libro da trucos que pueden ayudar a que un hogar sea más cómodo en todos los sentidos. Ella se mueve muy bien en las redes sociales, donde tiene más de medio millón de seguidores y recibe unas mil consultas al día.

PERSONAL

Edad: 47 años.

Lugar de nacimiento: Madrid.

Familia: Está casada y es madre de siete hijos entre los veintitrés y los ocho años.

Formación: Estudió Marketing y Relaciones Públicas. También se ha formado como organizadora de interiores. 

Trayectoria: Siempre ha trabajado en la empresa familiar con su marido, que se dedica a las reformas de interiorismo. Comenzó a pensar en el orden del hogar cuando murió su padre y sufrió un bache personal. En sus manos cayó un libro de Marie Kondo y pensó en poner en práctica, a su manera, los consejos de orden que leía. La pandemia paralizó su proyecto, pero no se amilanó y a través de Instagram se ha convertido en toda una gurú de la organización de una casa. Acaba de publicar el libro Orden, limpieza y felicidad.

Nos gusta tener la casa ordenada y no siempre lo conseguimos. ¿Cómo logra usted una casa en orden con siete hijos?

El orden y la limpieza hay que tomárselos con filosofía y mucho humor. Además, hay que ser conscientes de una casa no va a estar perfectamente ordenada ni perfectamente limpia. Es una cuestión de…

Organización, se supone.

Sí y no. El orden es importante, pero siempre sin obsesionarte.

¿Qué cree que es lo más difícil a la hora de tener y mantener ordenada y limpia una casa?

No caer en el desánimo. La casa es infinita porque la vamos estar usando mientras estemos dentro. Da igual que sea fiesta o no, siempre hay trabajo dentro de ella.

¿Cuándo decide convertirse en una Marie Kondo local?

Lo de limpiar es algo horroroso y no le gusta a casi nadie, y lo de ordenar tampoco gusta mucho, para qué nos vamos a engañar. Pero sí que nos gusta a todos ver que nuestra casa está bien. Tras fallecer mi padre hubo un antes y un después. Caí en una desorganización tremenda y llegó un momento en el que dije: No puedo más, me voy a leer a Marie Kondo y que me ayude.

Y parece que le ayudó tanto que se la conoce como la Ordenatriz.

Ja, ja, ja… Se puede aprender a ordenar, y lo digo desde mi mentalidad de desastre. Se puede aprender y se puede enseñar. Abrí una cuenta en redes en mayo de 2019, la pandemia llegó marzo de 2020 y nos encerraron en casa. No podía ir a organizar otros hogares, así que me puse a contar por esas redes qué era lo que hacía.

Luego no ha sido una obsesa del orden y la limpieza toda su vida, sino más bien es una reconvertida.

Para nada he sido una obsesa, nunca y de nada. Esto es más bien una necesidad. Hay que limpiar y ordenar, de eso no tenemos duda, nos guste o no. Además, no hacerlo te puede costar dinero. A veces compras porque no ubicas algo que ya tienes.

Hay quien en la pandemia descubrió prendas con las etiquetas puestas que habían quedado olvidadas.

Efectivamente, y con un poco de orden eso se puede evitar.

¿Ha hecho del orden su profesión?

Ahora parece que se ha puesto de moda en España, pero en Estados Unidos lleva siendo profesión desde hace treinta años. Pienso que se ha convertido en un oficio porque tenemos un exceso de consumismo.

Begoña Pérez, con el libro que ha escrito al fondo de la imagen. Carlos Ruiz B.k.

Teniendo siete criaturas en casa y de edades muy variadas, el orden tiene que ser difícil.

No te creas, pero hay que partir de una buena base de humor y cierta tranquilidad. La casa está para usarla y disfrutarla. A mis hijos les intento transmitir ese disfrute, pero diciéndoles que si usan una cosa, luego la recojan, aunque no me hacen caso siempre. Que yo tenga la casa organizada ayuda mucho a que ellos puedan ordenar. A los tres pequeños se les nota que estoy mucho más focalizada en el orden.

¿Hay algún lugar que le moleste ver más desordenado?

Creo que el hall. Salir de casa y que esté desordenado, volver a casa y que siga desordenado... no me gusta nada, me pone de los nervios.

¿Maniática?

Imposible. Con siete hijos es imposible que seas maniática con nada. Antes solía decir: Ya lo ordenaré luego. Ahora soy más constante. No hay que dejarse caer en la pereza.

Marie Kondo es muy estricta, tanto que no da opciones ni para los libros: no más de una docena.

Yo creo que lo de los libros es un mito. He investigado y no he conseguido encontrar dónde lo ha dicho. Si fuera así, lo siento mucho, sé que es la gran gurú del orden, pero hay que pensar que cada uno tiene su punto de vista y que cada cual necesita cosas distintas. Piensa en las edades: no necesita lo mismo una persona de 20, una de 40 o una de 70. Y no es el mismo orden el de una persona muy lectora con sus 10.000 libros, incluido su iBook, que el de alguien que no lee.

¿Tendemos a acumular muchas cosas y nos negamos a desprendernos de ellas?

Muchas veces, cuando voy a las casas, me dicen: Enséñame a que me quepa todo, porque el armario es muy pequeño. Yo suelo decir que no, que el armario no es pequeño, sino que esa persona tiene muchas cosas. Tenemos que ser conscientes de que tenemos un exceso de cosas. Cuando queremos organizar algo hay que sacar todo lo que tenemos: ropa, cosas de cocina... lo que sea. Tenemos que ver qué es lo que utilizamos y lo qué no, y a lo mejor hay que desechar lo que ya no utilizamos.

Trucos:

* Malos olores en interiores: En frigoríficos y armarios, un paño con agua oxigenada.

* De uso general: La laca, para desteñidos, pinturas de todo tipo e incluso para rayadas en el coche.

* Alfombras, zapatos o sofás: Para lo que no se pueda meter en la lavadora hay una fórmula mágica que se compone de agua, jabón en escamas y amoniaco.

* Manchas en los colchones: Si se limpian al momento, agua con bicarbonato. Si están incrustadas, bicarbonato más vinagre, aunque no sirve si almohadas y colchones son de materiales viscolásticos.

Siempre existe el por si acaso, ¿no le parece? ¿Es un error ese por si acaso?

Es un error total. Es un gran enemigo del orden. No es lo mismo irse de viaje y hacer una maleta; un por si acaso ahí puede ser admitido, pero no puedes llenar tu casa de por si acasos, eso es el caos total.

¿Compramos demasiados productos de limpieza? ¿Podemos pasar con menos?

Seguro que sí. A veces compramos porque se nos olvida lo que tenemos y acumulamos muchos productos. También ocurre que compramos cosas específicas para un momento determinado, las guardamos al fondo del armario y nos olvidamos de ellas.

¿Qué le parece imprescindible?

Aparte de esos productos que todos sabemos, como lavavajillas, detergente de lavadoras y demás, yo diría que el bicarbonato, vinagre, agua oxigenada y unas buenas balletas de microfibra. Ah, y la laca.

¿La laca? Estábamos hablando de limpieza...

Digo por experiencia que puede quitar pegamentos, desteñidos, pintura de esmaltes de uñas, pintura plástica, las temperas de los niños, y también elimina los roces del coche.

Vaya con la laca.

Ja, ja, ja… Todos tenemos una columna del garaje que se pone en medio de repente. Pues la laca puedes ayudar mucho a reparar esas rozaduras. Siempre que no llegues a la tercera capa de la pintura, la laca es una buena solución.

¿Organizamos los armarios por colores?

No, y esto es muy personal. Si alguien lo necesita, que lo ponga por colores, pero yo lo pondría por temporadas. Hay un sistema que es de izquierda a derecha de oscuro a claro, pasando por las tonalidades de un arco iris.

¿Por qué?

Porque la izquierda es lo que más pesa y ahí iría un abrigo, y a la derecha del todo iría una camisa blanca. Tejido y color.

¿Hay mucha gente que requiere los servicios de una ordenatriz?

Sí, la hay. A mí, ahora mismo, no me da tiempo a gestionar muchas casas, pero cada vez hay más demanda. Lo puede hacer uno mismo, lo importante y complicado es empezar y terminarlo bien. Empezar es fácil, terminar cuesta más. A veces el trabajo se deja a medias y es cuando se pide una asesoría, pero si un armario está bien ordenado, se mantiene en el tiempo.

¿A qué se dedicaba antes de trabajar en la organización de casa?

En la empresa familiar que tenemos mi marido y yo, que se dedica a reformas de interiores. También fue un paso más dentro de ese orden del que estamos hablando. Cuando decoras una casa tienes que tener muy claro qué estilo quiere el cliente. Ya hemos dicho antes que no es lo mismo una persona lectora que alguien que no lo es.

¿Es usted lectora?

Sí, me gusta mucho leer. Es un placer poder coger un libro y hacer un alto en el camino, pero es verdad que no leo ni la décima parte de lo que me gustaría. Pero diez minutitos al día puedo conseguir antes de dormir. Leer me permite bajarme revoluciones después de tanta historia laboral y tanto trabajo dentro y fuera de casa.

Tiene hijos e hijas. ¿Quiénes son más proclives al orden, ellos o ellas?

Hay de todo. Hay un chico, el mayor, que ya nació ordenado, es la pera. Es ordenado y muy escrupuloso, se parece a su padre. En chicas tengo un poco de todo. Lo que decía antes, las tres pequeñas ordenan mucho mejor y mantienen muy bien el orden. Los otros no están mal. Al final, todo esto se pega.

Se deduce que su marido es ordenado.

Ja, ja, ja… Sí, es muy ordenado, asqueroso en ese sentido. Es mucho más ordenado que yo.

20/10/2022