En general, los agentes sociales que están desfilando por Ajuria Enea dentro de la ronda de contactos del nuevo lehendakari han apostado por dar un margen de confianza a Imanol Pradales, y están realizando aportaciones para alcanzar el pacto sanitario que persigue. La mesa del acuerdo, que se convocará durante la primera quincena de septiembre, parece que no tendrá sillas vacías. Este mismo lunes, los sindicatos LAB y CCOO han confirmado su intención de dar una oportunidad a esta dinámica de trabajo, que el propio Pradales ha querido presentar como algo tangible con documentos concretos con su metodología y posibles medidas. CCOO, al igual que UGT, suele participar en otros foros e iniciativas del Gobierno vasco como la mesa de diálogo social, pero LAB no ha acudido a esa mesa y se reafirma en su plante, como ELA. Pero, desde una posición muy crítica, LAB sí mostró su “disposición” a participar en la mesa sanitaria y buscar acuerdos, aunque exige que se tenga en cuenta a la mayoría trabajadora de Osakidetza y acabar con “las privatizaciones y concertaciones” de servicios. Tanto LAB como CCOO, además, creen que los jeltzales han criminalizado las movilizaciones y los conflictos laborales y quieren otra actitud en ese sentido.
Pradales recibió este lunes a las dirigentes de LAB y CCOO, Garbiñe Aranburu y Loli García, y a los representantes del sector público en ambas centrales, Xabier Ugartemendia e Iñigo Garduño. Se ha reunido ya con ELA, que consideró un hito en sí mismo que un lehendakari le abra las puertas de Ajuria Enea más de una década después, aunque Mitxel Lakuntza sigue siendo muy crítico con el contenido concreto del pacto PNV-PSE. Falta por recibir a UGT.
Además, Pradales ha compartido impresiones con el Sindicato Médico de Euskadi, con el de Enfermería (Satse) y con el Colegio de Farmacéuticos y el de Fisioterapeutas. Los agentes sociales ven “un cambio de talante”, agradecen la invitación a participar y que se haya puesto sobre la mesa una metodología con contenidos concretos, y estarán presentes en la mesa de septiembre. A nadie le ha pasado inadvertida la intención del lehendakari de rebajar el nivel de bronca, corregir errores y reconducir algunos problemas como el conflicto por el traslado de Cardiología de Basurto a Cruces, que se saldará con una sede en cada hospital.
Salario mínimo, euskera...
Las reuniones de este lunes con los sindicatos abarcaron una hoja de ruta más amplia, ya que no se limitó a Osakidetza, como sí sucedió con los agentes sanitarios. Pero ese punto ocupó buena parte de las comparecencias posteriores ante la prensa. En el encuentro, LAB pidió a Pradales que reconduzca lo que a su entender ha sido una “actitud de menosprecio del Gobierno anterior hacia los sindicatos”, y quiere que posibilite una normalización de las relaciones. En ese sentido, pidió recuperar la negociación colectiva y que los sueldos de las personas que trabajan en el sector público se decidan en Euskadi, una reconversión industrial, que el nuevo marco jurídico político para Euskadi permita decidir aquí las condiciones de los trabajadores vascos, y que se implante un salario mínimo de 1.600 euros. Además, mantuvo sus críticas a la mesa de diálogo social, que “está formada por una minoría y es antidemocrática”. Sobre Osakidetza, Aranburu exigió “un profundo cambio de dirección”, “aumentar las inversiones, terminar con la concertación y la privatización y dejar de lado las triquiñuelas; mejorar las condiciones y la estabilidad de las trabajadoras y de los trabajadores, así como de las y los médicos internos residentes”, y renovar el convenio. No lo detalló más, a la espera de una rueda de prensa posterior que tendrá lugar esta semana.
Además, LAB, sindicato ubicado en el ámbito de la izquierda abertzale, se pronunció sobre la decisión de EH Bildu de dejar a Osakidetza al margen de la negociación de los Presupuestos para dar oxígeno al pacto sanitario. A preguntas de la prensa, Aranburu lo interpretó como un “gesto político”, pero matizó que LAB tiene claro que hay que aumentar las inversiones. Sobre la posibilidad de hacer un parón en las huelgas, una opción que también descartó ELA, Aranburu puntualizó que su sindicato no defiende la movilización como objetivo en sí mismo, pero cree que ahora se busca un pacto sanitario precisamente por la presión de las protestas.
CCOO confirmó que va a participar en la dinámica del pacto sanitario, como lo hace “en todos los espacios de concertación donde se pueden mejorar las condiciones de vida”. García puso el foco en las condiciones laborales, las necesidades de personal de Osakidetza y su estabilización, o la planificación estratégica para fijar qué servicio de salud se persigue. “Le hemos manifestado al lehendakari que el camino de las privatizaciones no se va a recorrer con CCOO”, dijo, para añadir que “hay que flexibilizar el modelo de perfiles lingüísticos para adaptarlo a las necesidades reales”, con perfiles asimétricos, y brindar oportunidades “reales” con horas libres y recursos para que aprendan euskera personas como las subcontratadas de la empresa privada. Defendió una reforma fiscal para que pague más quien más tiene y se pueda levantar un sector público “fuerte”. La ronda continúa este martes con los rectores de la UPV/EHU, Deusto y Mondragón.