La película Bis ans Ende der Nacht, de Christoph Hochhäusler, la última de las cinco representantes alemanas a concurso, junto con la francesa Sur l’Adamant, de Nicolas Philibert, cerraron ayer la búsqueda del Oso de una Berlinale volcada en el cine de autor y familiar. Es el caso de la representante vasca, 20.000 especies de abejas, película dirigida por Estibaliz Urresola que hoy podría alzar el principal galardón.
A Hochhäusler, con un filme cuyo arranque recuerda a las producciones televisivas policíacas, y Philibert, con un documental sobre un centro de día psiquiátrico en el Sena, les correspondió la última ronda de un festival cuyo jurado entregará hoy sábado los premios oficiales. Bis ans Ende der Nacht (Till the End of the Night) sorprendió con la magnífica interpretación de Thea Ehre, en el papel de una transexual recién salida de la cárcel y utilizada como cebo por su agente domiciliario.
Sur d’Adamant fue acogida como el documental “social” de presencia casi obligada en cualquier festival, que retrata uno a uno a los pacientes de un establecimiento que bien podría ser un hostal, en el corazón de París.
El cine alemán cerró así su propio desfile, con un balance más que bueno y un firme candidato al Oso de Oro, Christian Petzold, por sexta vez en la competición de la Berlinale, de nuevo con Paula Beer y un Roter Himmel (A fire) con el que parece haber encontrado, por fin, la película redonda. Decepcionó en cambio Margarethe von Trotta, que no consiguió convencer con su Ingeborg Bachmann, pese a la soberbia interpretación de Vicky Krieps sobre la escritora austríaca, emancipada y exitosa, pero rota por el abandono de su colega Max Frisch.
El nombre de Petzold se baraja en las apuestas que circulan por el festival junto con el de la mexicana Lila Avilés y su Tótem, la película apoyada en la mirada de una niña ante la fiesta familiar que se le prepara por su cumpleaños a su padre, un hombre joven que agoniza entre sus seres queridos. Conmovió asimismo 20.000 especies de abejas, de la alavesa Estibaliz Urresola, cuyo personaje central interpreta otra niña de edad parecida, Sofía Otero, en el papel de un niño que no se identifica ni con el género ni con el nombre que se le ha adjudicado, Aitor.
Las preferencias de la revista de la Berlinale, Screen, se inclinaban a media semana por Past Lives, dirigida por la surcoreana-canadiense Celine Song y alrededor de una historia de amor abruptamente interrumpida, pero nunca abandonada, entre Corea del Sur, Canadá y finalmente Nueva York. Pero dos estrenos en los últimos días del festival podrían dar la vuelta a favor de Asia, principalmente Suzume, de Makoto Shinkai y la china Art College 1994, de Liu Jian.