Los horarios en la escuela llegaron el jueves al Parlamento Vasco, que tumbó el anteproyecto de ley presentado por el PP+C's para que cada colegio decida si aplica jornada partida o intensiva. En su lugar, con los votos a favor del resto de los grupos, el Departamento de Educación deberá realizar un estudio sobre el impacto de los diferentes horarios, pero no solo en el rendimiento académico, sino también en materia de conciliación y corresponsabilidad. Dicho informe, con enfoque de género, también abordará la cuestión del uso de los jantokis, considerando especialmente su impacto en la infancia y de las familias más vulnerables.
Euskadi es junto a Catalunya de las pocas comunidades que tienen jornada partida en la etapa Obligatoria. Este curso Educación ha reinstaurado en Secundaria el horario de mañana y tarde después de que en la pandemia fuera intensivo. Esta decisión desairó a un grupo de familias favorables al horario continuo porque, según ellas, favorece la conciliación y deja más tiempo a sus hijos e hijas para hacer deberes o extraescolares. Educación defendió la decisión "por motivos pedagógicos y por considerar que este horario facilita la igualdad de oportunidades entre el alumnado, además de una mayor equidad".
El debate vivió un segundo capítulo en la Cámara Vasca, esta vez enfocado en Infantil y Primaria. Tras echar abajo el proyecto del PP+C's y tras un baile de enmiendas entre los grupos, se acabó imponiendo el criterio avalado por la Confederación de AMPAS de la Escuela Pública Vasca (Ehige) en el sentido de no hacer experimentos. Es decir, que antes de decidir cualquier cambio ha de hacerse un análisis ya que lo contrario solo "generaría controversia y división en las familias".
La parlamentaria del PNV Leixuri Arrizabalaga recordó la postura de Ehige para votar a favor del estudio que llevará a cabo Educación, si bien defendió que "son más y de más peso los argumentos en favor de mantener la jornada partida, que dar la opción de que se instaure la jornada continua sin un análisis previo, sin rigor, sin saber qué efectos pudiera tener". En la misma línea, la parlamentaria de EH Bildu Maria Garde destacó que hay muchas familias con dificultades para conciliar pero que no se puede poner sobre el sistema educativo la responsabilidad entera de la conciliación. "Esto no es serio", dijo, "no se puede empezar la casa por el tejado".