Más de 185.000 vehículos que superan los 15 años de vida, el 43% del total, circulan por las carreteras navarras. Son verdaderas bombas de contaminación, carecen de los elementos de seguridad que incorporan los nuevos automóviles y, como consecuencia del bajo ritmo de ventas en los concesionarios, no están siendo sustituidos al ritmo necesario. La edad media del parque móvil supera ya los 13 años.
Y nada, a corto plazo, hace pensar que esta situación vaya a cambiar. El mercado del coche nuevo sigue raquítico, un 50% por debajo de sus cifras prepandemia. "Vamos a estar en unas 6.900 matriculaciones", explica Carlos Sagüés, presidente de la asociación navarra de concesionarios y talleres de reparación, que reclamaba al Gobierno de Navarra la puesta de marcha de un plan de achatarramiento que impulse la ventas de coches de gasolina de bajas emisiones.
"No tiene por qué llamarse plan renove, puede ser un plan de descarbonización", explican desde Faconauto, que ha organizado en Pamplona la cuarta jornada del sector de la automoción, dirigida a los puntos de venta y a los talleres y a la que ha asistido Mikel Irujo, consejero de Desarrollo Económico, quien ha admitido que el Gobierno de Navarra ha estudiado esta posibilidad y ha hablado con el Gobierno Vasco, quien aplicó esta medida durante tres años. "Nos han dicho que no ha tenido un impacto relevante en las ventas", ha explicado.
Las ayudas al eléctrico
Navarra apuesta por seguir impulsando la venta de coches eléctricos, que suponen ya el 6% del total en la Comunidad Foral y triplican la media nacional. Es la consecuencia de una política fiscal especialmente atractiva, que permite aplicar desgravaciones de hasta un 30% del precio de compra, durante cuatro años y con un precio máximo de 32.000 euros.
"La realidad es esta. El coche eléctrico llega y Volkswagen va a invertir unos 1.000 millones de euros en Landaben para electrificar la planta", ha explicado Irujo, quien ha defendido establecer objetivos ambiciosos, como los planteados por la Unión Europea: los coches de combustión no podrán circular a partir de 2050 y dejarán de fabricarse en 2035. Navarra quiere llegar a 2030 con 40.000 coches eléctricos circulando por sus carreteras.
"Eso es imposible", ha discrepado Gerardo Pérez, presidente de Faconauto, quien ha asegurado que la prohibición de circular con un coche de gasolina, para la que faltan 28 años, "no se va a cumplir". "Puede que en el norte de Europa sea posible, pero no en el sur, no con la renta de las familias. Un 20% de los hogares ingresa menos de 2.500 euros mensuales. ¿Cómo va a comprar un eléctrico?. Para llegar a 2050 con un parque móvil electrificado deberíamos matricular casi un millón de coches eléctricos al año. O eso o dejamos a una parte relevante de la población sin coche", ha añadido.
Un "poquito" de desglobalización
Además, ha considerado que "si seguimos dándole palos a la industria, nos podemos encontrar con que este sector sea irrelevante en España", y ha manifestado que "se ha globalizado demasiado". "Un poquito de desglobalización no nos vendría mal. Cuando dependemos de países que en muchos casos son competencia nuestra, sufrimos que no podemos fabricar en nuestro país porque dependemos de un componente que viene de fuera", ha apuntado.
En este sentido, ha reivindicado la necesidad de que los componentes se fabriquen en España. "Pero no va a venir ninguna multinacional ni ningún fabricante con un mercado de 900.000 coches en España o 6.000 en Navarra, porque es absolutamente insuficiente", ha advertido, tras añadir que "lo primero que necesita un país que quiere ser representantivo es tener un mercado interno para que el fabricante tenga una venta en el mismo sitio donde fabrica". "Eso en España no se está produciendo y estamos altamente preocupados", ha apuntado.
El sector, que da empleo a unas 1.500 personas, afronta su propia transformación digital y bracea para evitar los arañazos que le llegan por todas partes: una demanda débil, consecuencia de la incertidumbre regulatoria, el alza de precios, que amenaza con paralizar las ventas, así como la intención de las marcas de quedarse con una parte del negocio de la venta y la postventa. Quieren convertir a los concesionarios en simples agencias a comisión.
Los usados, a precio de nuevo
El sector se encuentra además con dificultades añadidas. En muchas ocasiones las marcas, con la excusa de la falta de componentes, tardan entre seis y ocho meses en suministrar un coche nuevo. "Los plazos se están relajando algo. Ahora mismo se van entregando los coches pedidos en el segundo semestre del año pasado. Siempre ha habido un plazo de entrega, de entre dos y cuatro meses. El año que viene estos retrasos deberían ser cosa del pasado", ha explicado Gerardo Pérez, presidente de Faconauto.
De hecho, el retraso en las entregas ha disparado el interés por el vehículo usado, cuyo precio se ha incrementado en los últimos meses. En el caso de los coches kilómetro cero, su precio llega a rebasar el del vehículo nuevo. La entrega inmediata se paga.