El Bilbao Basket inicia este domingo la tercera parte de su temporada. En la primera, hasta navidades, acumuló mucho de lo que ha conseguido hasta ahora. En la segunda, desde que arrancó el año, le ha costado doblar esfuerzos y se han acumulado las derrotas. Y desde hoy, liberados a su pesar de la exigencia de la Basketball Champions League, los hombres de negro buscan acabar la Liga Endesa lo más arriba posible para tratar de cumplir con el objetivo de volver a la competición europea el próximo curso.
No estará sencillo progresar y para ello el Bilbao Basket debe volver a la senda de las victorias de manera urgente. Ganar hoy al Girona sumaría la décima y supondría recuperar la tranquilidad que se ha perdido por la sucesión de derrotas de este último mes. Y Miribilla debe ser un factor a explotar. Este domingo se prevé una gran entrada y, además, antes del partido se habilitará una Fan Zone en los alrededores del pabellón para celebrar el Día del Padre y alentar un ambiente que será necesario para llevar a un equipo con la moral quebrada por los últimos resultados.
Esa notable entrada que se espera servirá también para recibir a un Girona al que también le sentó mal el parón y lleva cuatro derrotas en los cinco últimos partidos. Pero también servirá para recibir a dos de las personas más influyentes de la historia del baloncesto estatal, que quizás agotan sus días en el parqué. Por un lado, regresa al Bilbao Arena Aíto García Reneses, de 76 años y seis décadas en los banquillos, que justo hoy alcanzará los 1.100 partidos en la Liga Endesa en una ciudad con la que tiene lazos familiares y personales. La cifra es enorme, si se tiene en cuenta que el siguiente en la lista es Pedro Martínez, con 970, y que no incluye los que el técnico madrileño dirigió en la antigua Liga Nacional y otras competiciones que le llevarían a los 2.000.
Quince años después
Y, por otro lado, la afición vizcaina tendrá la oportunidad de volver a ver a Marc Gasol, que jugó en Bilbao por última vez hace más de quince años, el 9 de diciembre de 2007, en un duelo que el Bilbao Basket ganó al Akasvayu Girona por 78-62. El impacto en su equipo del pívot de Sant Boi, ya con 38 años y una carrera repleta de logros, sigue siendo similar y, desde luego, es el principal factor que los de Jaume Ponsarnau deben controlar para aspirar a la victoria. Aún se recuerda el destrozo que provocó en la primera vuelta. El otro es el ritmo que impone el Girona, que en ocasiones provoca un cierto caos en la cancha, algo que precisamente quiere evitar el Bilbao Basket, necesitado ahora mismo de mantener el orden y el criterio en sus acciones para reducir los errores.