El pasado año se realizaron cerca de 200 trasplantes de médula ósea en la Comunidad Autónoma Vasca. Según los datos que maneja Miguel Ángel Vesga, director del Centro Vasco de Transfusiones y Tejidos Humanos, de esas 200 intervenciones cerca de 150 fueron los denominados autotrasplantes y el resto de una persona ajena al paciente. "25 de esos trasplantes de persona ajena fue gracias a algún familiar del paciente y el resto personas que estaban inscritas en el registro mundial", explica.
Actualmente, el registro mundial del donante de médula ósea está compuesto por cerca de 20 millones de personas, de las cuales cerca de 16.000 personas son procedentes de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa. Al año, son cerca de entre 800 y 1.000 las personas que se animan a inscribirse. Sin embargo, pueden pasar años y no ser llamado nunca debido a la falta de incompatibilidad genética necesaria con el paciente. Según los datos, una persona de cada dos mil es llamada para realizarse la intervención.
En cuanto al autotrasplante, según explica el profesional, es un procedimiento cada vez más utilizado. En estas intervenciones, se sustituye las células madre dañadas o destruidas de la médula ósea por células sanadas por el propio enfermo. Es decir, en estos casos Osakidetza cura al paciente con tratamientos como la quimioterapia y cuando la médula ya está en buenas condiciones, teóricamente normal, para consolidar esa curación, se extrae esa médula al propio paciente, se guarda y se somete a un tratamiento agresivo para eliminar los restos tumorales. De esta manera, se hace un barrido total a dicha médula y luego se vuelve a trasferir al propio paciente para que vuelva a funcionar con normalidad.