El botxo prosperó a las faldas de Artigas, de Ollargan, de Miribilla… Aprovechó el empeño industrial de la burguesía bilbaina para crecer y crecer hasta convertirse en la metrópoli de servicios que es hoy en día. Una gran urbe que no olvida –ni quiere– su pasado minero. Las cavernas de las que se extraía mineral a paladas todavía existen. La Primitiva en el monte Arraiz, la de San Luis (con entrada en Marzana y clausurada en 1996) y la de Malaespera (operativa entre los años 1864 y 1976), que enlaza bajo tierra los núcleos de La Peña y Miribilla, son algunas de ellas.
Esta última mina, precisamente, sirve de pretexto para conocer un poquito mejor la historia de la capital vizcaina. La productora Panarama quiere redescubrir y poner en valor este capítulo del botxo. Para ello ha rodado una película documental en el interior de Malaespera y en algunos edificios que se levantan sobre esas galerías en desuso. El film Olairon plantea un recorrido por estos lugares y aporta testimonios de expertos y protagonistas de un pasado reciente que muestran la importancia y singularidad de la actividad minera que se prolongó durante más de cien años y fue fundamental en la construcción del Bilbao actual, han apuntado desde la productora.
La pieza audiovisual fue presentada a finales de abril en BilboRock y se encuentra ahora en pleno periplo por festivales cinematográficos. Aquí y allá, este documental también será emitido en ETB en fecha aún por determinar, han prometido los responsables del mismo. El trabajo parte con la premisa de recuperar la memoria “de una época crucial” en la historia de Bilbao en la que la minería de hierro era el motor económico de la ciudad “y el barrio de la Palanca el epicentro de su vida social”. Olairon “tiene como objetivo redescubrir el pasado minero de la ciudad, un tiempo relativamente reciente” que, sin embargo, es un periodo desconocido para buena parte de la población.
“No hace mucho tiempo cavábamos con esfuerzo la tierra buscando arrancar el mineral de hierro. Un arduo esfuerzo colectivo plagado de penas y alegrías que hizo crecer nuestros barrios y conformó nuestra identidad como ciudad. Décadas después es momento de recordar para redescubrir, es hora de adentrarse de nuevo en las entrañas de Bilbao”, promocionan en la web de Panarama.
Uno de los vestigios más imponentes de ese pasado es la mina Malaespera, con acceso desde La Peña y bajo el subsuelo de Miribilla. En septiembre de 2020 el pleno del Ayuntamiento de Bilbao aprobó una moción para recuperarla como un activo para la ciudad, reconociendo su alto valor histórico y geológico, según han querido recordar fuentes de la productora.
El film Olairon –con la dirección de Imanol Muro y Raúl López de Gereñu– “se adentra en las entrañas de Bilbao para conocer y reconocer un pasado con muchas derivadas, históricas, sociales, económicas y culturales, que conforman la realidad actual”. Recorre diferentes lugares de Bilbao La Vieja, San Francisco, La Peña, San Adrián, Santutxu o Miribilla, algunos ocultos bajo el subsuelo, “y ofrece diversos y ricos testimonios que ponen de manifiesto la relación atávica de Bilbao con el hierro”, detallan los responsables de este proyecto. l