El pamplonés Patxi Mendive regenta desde el 13 de enero El Patio del Pollero de Paternáin, un local de almuerzos y comida tradicional que aspira a ser un referente en el valle.
Durante los últimos 13 años, el pamplonés Patxi Mendive, 50 años, ha regentado con mimo el bar La Taula de la Rochapea. El 28 de septiembre se le acabó el contrato de alquiler y empezó un periplo en busca de otro establecimiento hostelero donde seguir cocinando su comida tradicional, la de toda la vida. Cuatro meses y 16 locales después, se ha decantado por El Patio del Pollero de Paternáin. "Me enamoré. Es precioso, muy coqueto y de madera", señala Patxi, que abrió el bar- restaurante el 13 de enero.
El Patio del Pollero es el cuarto proyecto hostelero y nace con el objetivo de convertirse en un referente para los vecinos de la Cendea de Cizur. "A diez kilómetros a la redonda hay ocho pueblos pequeños que no tienen un establecimiento de hostelería de este tamaño tan grande.
Entonces, quiero que El Patio del Pollero sea un lugar de reunión y encuentro de los vecinos del valle, que puedan comer grupos y organizar celebraciones", explica. Eso sí, la apuesta de abrir en la Cendea no fue nada sencilla: "Al principio tuve dudas sobre si meterme o no en esta nueva aventura porque Paternáin parece que está lejos de Pamplona, pero está a un paso, a cinco minutos de Zizur", subraya.
Por ello, aunque el cliente principal van a ser los vecinos de la Cendea, confía en que los pamploneses se acerquen sobre todo a almorzar y a comer. "Parece ser que en la Rochapea he dejado buenos recuerdos porque ya me han venido un montón de gente del barrio a visitarme y a comer. A las comidas es más fácil que la gente se anime y coja los coches y demás. Ya para las cenas cuento más con el valle", subraya.
El Patio del Pollero ofrece almuerzos –huevos fritos, callos, manitas de cerdo o ajoarriero–, menús del día y fin de semana, platos combinados, bocadillos y raciones. "El primer mes está yendo bien. De momento, estamos contentos y las expectativas son buenas. Hemos empezado suave para ir probando la cocina", apunta Patxi, que se ha traído a su equipo en La Taula: dos camareros y dos cocineras ampliable en fines de semana.
El establecimiento tiene un aforo para 150 personas y dos plantas en las que se distribuyen el bar y el comedor. "La intención es que arriba se dé el servicio de comidas, pero también quiero colocar una barra y poner un poquito de musiquilla para el tardeo. Eso sí, no pretende ser una discoteca con la música a 100 decibelios. Está más pensado para echarse una copa tranquilo después de comer y tener algo de ambiente. Y si te apetece bailar, te echas un baile", aclara. En esta sala, también se pueden organizar eventos, bautizos, comuniones, bodas, grupos que quieran comer e incluso "de vez en cuando algún conciertico", avanza.
La barra de la planta inferior del local. Foto: Iñaki Porto
Desde los 16 años
Patxi se ha dedicado al mundo de la hostelería desde su adolescencia. "Llevo 30 años en la hostelería. Mis padres tenían un bar y yo era mal estudiante, así que para los 16 años ya estaba detrás de la barra. Como pasa muchas veces, si tu padre es fontanero, terminas de fontanero, si tu padre es hostelero, terminas de hostelero", relata. Y avanza que va a estar entre fogones hasta que llegue la hora del retiro. "En Paternáin me han puesto unas condiciones muy buenas, he firmado para 15 años y con este negocio me quiero jubilar", desea el pamplonés.